Buen Día estimado Rabino Yehuda ,Hashem lo bendiga :)
Quien fuéron Manoaj y Eshet Manoaj ?? porque se hacían llamar «Nazareos»? fué Manoaj un temeroso de Hashem ?? que les efemérides les pasó con ángeles enviados por Hashem ?? era buena o mala relación?? les ayudaron los ángeles enviados de Hashem o quizas no tanto ?..Tubieron una vida turbulenta Manoaj y Eshet Manoaj ??a que tribu pertencieron ? donde residían ? Porque se dice que a partir de los textos de Eshet Manoaj se empieza a dejar de aconsejar tomar alcohol a las embarazadas??
Muchas gracias de antemano estimado Rabino Yehuda ,Hashem lo bendiga :)
Shalom, el Eterno le bendiga y guarde.
Muchas gracias por su consulta.
Antes de comenzar, una observación con aprecio pero sin rodeos: en su escrito usa varias veces “Eshet Manoaj”. Eso en hebreo significa, literalmente, “la mujer de Manoaj”. Es decir: “la esposa de Manoaj”. Como estamos conversando en español, lo natural es decir “la esposa de Manoaj”, sin necesidad de transliterar.
¿Quiénes fueron Manoaj y su esposa?
Manoaj y su esposa —llamada por nuestros Sabios Tzelelponit (o Tzelelponi; TB Bava Batra 91a)— fueron los padres de Shimshón (Sansón). Él de la tribu de Dan, ella de la de Yehudá, y vivían en Tzorá, en la región de la Shefelá. El capítulo 13 de Shoftim (Jueces) los presenta como una pareja estéril, en tiempos en que Israel sufría la opresión filistea.
¿Fue Manoaj un hombre de emuná firme?
A primera vista, sí: cuando su esposa le cuenta de la aparición de “un hombre de Elohim” con aspecto de ángel, Manoaj ora: “Te ruego, mi Señor, que el hombre de Elohim que enviaste venga otra vez y nos enseñe qué debemos hacer con el niño que ha de nacer” (Jueces 13:8). Parece un hombre que busca cumplir la voluntad divina.
Pero los Jajamim marcan un contraste. Su esposa acepta el mensaje con confianza inmediata, mientras Manoaj necesita una segunda confirmación. El Midrash (Bamidbar Rabbah 10:5) y otros textos señalan que la emuná de Tzelelponit supera la de su esposo. El ángel vuelve a aparecerle primero a ella, y ella corre a llamar a Manoaj.
Cuando el ángel asciende en la llama del sacrificio, Manoaj exclama: “¡Ciertamente moriremos, porque hemos visto a Elohim!” (13:22). Su esposa replica con calma y lógica espiritual: “Si el Eterno hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra ofrenda ni nos habría anunciado esto”. En palabras de los midrashim, ella es la voz de la emuná serena, él el reflejo del temor popular.
Encuentro con el ángel y misión de vida
El ángel anuncia que el hijo será nazir (nazareo) desde el vientre, consagrado para iniciar la liberación de Israel. A la madre se le ordena no beber vino ni sidra, ni comer nada impuro durante el embarazo (13:7). No es un voto de nazareo para ella, sino un estado de preparación especial (no voluntario, no sanitario) para gestar a un niño consagrado.
Los midrashim amplían: algunos la identifican con una mujer de gran estatura moral, incluso la cuentan entre las mujeres profetisas de su tiempo, por su percepción espiritual y por haber recibido mensajes celestiales directos.
Es fundamental aclarar algo: ellos no se hicieron «nazareos». El ángel indicó que el niño, Shimshón, sería nazareo desde el vientre. El voto de nazareo (detallado en el libro de Números, capítulo 6) implicaba principalmente tres cosas: abstenerse de productos de la vid (vino, vinagre, uvas), no cortarse el cabello y no acercarse a un cadáver.
Atención: nazareo y nazareno, no suelen ser la misma cosa.
La relación con el ángel fue, sin duda, el evento que definió sus vidas. No fue una relación de «ayuda» en el sentido de que un amigo viene a echar una mano. Fue una intervención divina directa para anunciarles el nacimiento milagroso de un niño que sería nazir (nazareo) para Hashem desde el vientre y que comenzaría a salvar a Israel.
¿Fue una vida turbulenta?
La Torá no nos da todos los detalles de su día a día, pero podemos inferirlo. Vivir bajo opresión filistea ya era una fuente constante de tensión. A esto se suma la infertilidad, un profundo dolor en esa sociedad. Luego, recibir una profecía tan monumental y criar a un niño con un destino tan extraordinario, con una fuerza sobrehumana y un temperamento impulsivo como el de Shimshón, ciertamente no fue una vida tranquila. Imagínese la preocupación constante por su hijo, sus polémicas elecciones y sus batallas. Su vida fue una de pruebas, ansiedad y, seguramente, mucha incertidumbre de lo prometido y lo que estaba sucediendo.
Un dato notable
El mandato prenatal de abstenerse de alcohol es, en la literatura antigua, una de las primeras referencias explícitas a la influencia de la dieta materna en el feto. Mucho antes de que la medicina moderna hablara del tema, la Torá deja claro que lo que la madre consume impacta en el hijo—aquí, por la santidad especial del nazirato. Pero, ciertamente nada tiene que ver con lo que la ciencia constató del daño al desarrollo del feto por el consumo de alcohol. No hay que delirar tampoco…
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