El Origen del Error: ¿Diez Mandamientos o Aseret HaDibrot?

El término «Diez Mandamientos» es una traducción comúnmente utilizada para referirse a las Aseret HaDibrot (עשרת הדברות), que literalmente significa «las diez palabras» o «las diez frases». Sin embargo, esta denominación puede llevar a cierta confusión si no se comprende su contexto original. En realidad, las Aseret HaDibrot no son exactamente «mandamientos» en el sentido estricto de la palabra, ni se limitan a diez preceptos específicos. Más bien, son diez declaraciones divinas realizadas en el monte Sinaí para el pueblo de Israel, que contienen un total de 14 mandamientos, según podemos contarlas con claridad y sin dudas al leer el texto de la Torá.

Algunas de estas diez declaraciones incluyen múltiples instrucciones, como el primer versículo, que contiene tanto la prohibición de tener otros dioses como la prohibición de crear imágenes esculpidas. Por lo tanto, hablar de «diez mandamientos» puede ser engañoso, ya que simplifica excesivamente la riqueza y complejidad de estas enseñanzas.

Este error probablemente surgió debido a la traducción griega de la Biblia, conocida como la Septuaginta, donde se utilizó el término «Decálogo» (deka-logos, «diez palabras»). Posteriormente, esta interpretación fue adoptada por el cristianismo y se popularizó en Occidente. Sin embargo, desde una perspectiva judía, es crucial recordar que las Aseret HaDibrot no son un código legal completo, sino un resumen espiritual y ético de la relación entre Dios y Su pueblo.

La persistencia del error de llamar «Diez Mandamientos» a las Aseret HaDibrot nos invita a reflexionar sobre cómo entendemos y transmitimos la verdad. Este malentendido no es simplemente un problema lingüístico; es un recordatorio de que nuestras percepciones están inevitablemente influenciadas por el lenguaje, la cultura y la historia. Lo que comenzó como una traducción útil se convirtió en una interpretación ampliamente aceptada, incluso cuando pierde matices importantes del texto original.

Esta situación nos enseña algo profundo sobre la naturaleza humana: tendemos a simplificar conceptos complejos para hacerlos más accesibles, pero al hacerlo, corremos el riesgo de perder su profundidad. La Torá misma nos muestra que la verdad no siempre se encuentra en respuestas simples, sino en el diálogo constante entre lo divino y lo humano, entre lo universal y lo particular.

En lugar de ver este error como un fracaso, podemos considerarlo una oportunidad para profundizar en nuestro entendimiento. Nos recuerda que la búsqueda de la verdad no es estática, sino un proceso dinámico que requiere humildad y apertura. Así como las Aseret HaDibrot son más que «diez mandamientos», nuestras vidas son más que las etiquetas que les ponemos. Cada palabra, cada acción, contiene múltiples capas de significado esperando ser descubiertas.

Que este error nos inspire a ser más conscientes de cómo interpretamos el mundo y a abrazar la complejidad con curiosidad y reverencia. Después de todo, la verdadera sabiduría no radica en tener todas las respuestas, sino en reconocer que siempre hay más por aprender.

Comparte este mensaje con tus allegados y anímalos a reflexionar sobre estos importantes temas. Involúcrate en iniciativas que promuevan la construcción de Shalom.

Sigue participan de este sitio sagrado, serjudio.com, y de nuestro canal https://www.youtube.com/@YehudaRibco.

Si este estudio te ha sido de bendición, agradécelo y difúndelo, y no olvides de colaborar con nosotros económicamente, que mucho se agradece:


https://serjudio.com/apoyo

VISITA nuestro canal en YouTube

https://youtube.com/yehudaribco

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
0 Comments
Oldest
Newest Most Voted
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x