¿Quién dijo que a las palabras se las lleva el viento?
De seguro alguien que no prestó atención a la sidrá de esta semana, pues en ella se trata todo lo relativo a la aparición de la enfermedad de la piel llamada tzaraat, y los procedimientos para su purificación.
¿Qué tiene que ver una enfermedad de la piel con las palabras?
Es que resulta que esta terrible enfermedad se manifestaba en aquellas personas que habían hecho abuso de su lengua.
¿Abuso de la lengua?, ¿qué es eso?
Es el conocido término de lashón hará, el mal hablar, los chismes y etcéteras que se hacen acerca de otra persona.
Para prevenirnos, veamos lo que nos dice el Midrash Tehilim 12:4:
"Dijo Rabí Shimón bar Iojai: ‘Las malas lengunas matan a tres personas, al que habla, al que escucha, y a la persona sobre la cual se habla.’"
Quizás ahora entendamos más, en otros tiempos la persona que abusaba de su lengua, no sólo recibía una sanción de tipo moral, como ocurriría hoy en día (si A habló mal de mí, y B me lo cuenta, entonces dejo de hablar con A, y algunas veces también con B, por venir con cuentos…); sino que le llegaba la justa recompensa por su mala conducta. Quedaba enfermo, y no una enfermedad silenciosa, interna y secreta, sino Tzaraat, que era macabra, muy parecida a la lepra (con la cual se confunde a menudo), manchones blancos, o verdes y rojos sobre cualquier parte del cuerpo, y para que comprendamos su naturaleza especial, las manchas también solían aparecer en ropas, utensilios, viviendas, pertenencias del afectado.
Al estilo de ain tajat ain (literalmente: ojo por ojo), cuando hablamos mal y llevamos la intención de dañar a alguien, lo que nos proponemos es separarlo de la sociedad, del grupo en el cual se mueve. Si decimos, por ejemplo, Ploni es un ladrón, entonces, ¿quién va a confiar en él? Lo alejamos de sus conocidos.
Entonces, aparece el Nega-Tzaraat y el que queda fuera es el maledicente, el que intenta echar a otro.
Como prueba, recordemos a Miriam, la hermana de Moshé y Aarón, que mencionó algo acerca del color de piel de Tzipora, esposa de Moshé, que era negra. Y enseguida, Miriam quedó enferma de esta enfermedad y debió ser separada de todo el pueblo y pasar a vivir fuera de los límites del campamento hasta que fuera purificada.
Creo que es claro el sentido de esta sidrá, así que para terminar, un relato de Vaikrá Rabá 33:1: "Raban Gamliel ordenó a su siervo Tobi que le trajera lo mejor que hubiera en el mercado. El esclavo le trajo una lengua. Al día siguiente el maestro le ordenó que trajera lo peor que encontrara en el mercado. Nuevamente Tobi le trajo una lengua.
Cuando se le pidió explicación, el sabio siervo dijo: "No hay cosa mejor que una buena lengua, y nada peor que una mala lengua"".
Guardando nuestra arma más eficaz, la lengua, guardaremos de dañarnos.
"Las bendiciones son bendiciones para quienes las pronuncian, y las maldiciones son maldiciones para quienes las pronuncian"
(Vaikrá Rabá 15:7)
"Muerte y Vida en manos de la lengua"
(Mishlei 18:21)
"El que guarda su boca y lengua, guarda su alma de sufrimiento"
(Mishlei 21:23)