Claves para ser un triunfador

Asertividad no aparece definida en el diccionario de la lengua española, aunque sí aparezca asertivo, como sinónimo de positivo.
Nosotros podemos decir que la persona asertiva logra establecer una comunicación auténtica, expresando con ello sus pensamientos, intenciones, deseos, angustias, necesidades, así como también defender sus intereses, sin quedar sometido a la voluntad del interlocutor. Es capaz de preguntar para aprender, para entender, para considerar y por ello evita caer en acciones motivadas por el prejuicio.
Esta postura de vida, que es mucho más amplia que el hecho de comunicarse, es un verdadero motor para salir adelante en las más diversas situaciones.

Veamos algunas claves para aprender a ser asertivos.

  1. Paso a paso.
    Puede pasarte que te cueste plantear tu punto de vista, o te sientes inseguro de hacer un reclamo, o no te animas a dar un no como respuesta, entonces, entrénate en ser asertivo. Elige pequeñas situaciones potencialmente conflictivas para ir aprendiendo y tomando confianza en tu capacidad para expresar tu parecer sin sentirte avergonzado, ni huir para evitar el conflicto.
  2. Decir no.
    El asertivo es una persona positiva, pero curiosamente precisa saber decir que no, cuando eso es necesario.
    Por tanto, di no, cuando sabes que esa es la respuesta que deseas.
    Aunque te sientas ansioso, al entrenarte en el negarte a lo que no te conviene, finalmente se hará más fácil.
    Si el otro se molesta con tu decisión… ¡qué pena! Pero, tú no puedes hacerte cargo de las reacciones de los demás.
  3. No precisas dar explicaciones ni justificarte.
    A no ser que sea parte de un trabajo científico o una tarea escolar, no precisas justificar tu parecer.
    Si tú consideras que el otro puede entenderte mejor, o cambiar su idea por una más provechosa, entonces si quieres explicarte, hazlo. Pero que no sea para evitar el conflicto, sino para mejorar la relación.
  4. Ser simple y directo.
    Como parte de la comunicación auténtica, estos son pilares. No le des vueltas a los asuntos, sino que busca la manera más sencilla y clara de expresarte, de ayudar a que el otro pueda comprender tu mensaje.
  5. No hables del otro, habla de ti.
    Si tú no quieres algo, di sencillamente: no quiero, no me sirve, no estoy interesado, no estoy de acuerdo, etc.
  6. Disculparse cuando corresponda.
    No es necesario pedir disculpas por expresar tu interés, deseo, parecer, etc. Si al otro no le cae bien, es problema del otro.
    Por supuesto que eso no implica que seas un bruto y un insensible.
    Con la comunicación auténtica se trata de no agredir ni ser agredidos, pero también de ser capaces de ser honestos y no estar mendigando permiso para pensar, sentir o hacer lo que es de tu competencia.
    Pero, si metiste la pata, entonces está bien disculparse.
  7. El contenido textual es una parte pequeña del mensaje.
    Recuerda que comunicamos con el tono, la postura, la acentuación, los gestos, etc. Los expertos en comunicación nos dicen que el contenido textual es el que suele impactar menos en la comunicación.
  8. No eres una monedita de oro.
    Es decir, no todo el mundo te va a querer, no todos van a ser considerados contigo, no todos van a aceptar tus opiniones.
    Ellos están en su derecho de que no les caigas bien, o de no poder aceptar lo que tú propones.
    Tú estás en tu derecho de que ellos no te caigan bien y de no aceptar lo que te proponen.
  9. Alternativas.
    Busca al menos tres alternativas siempre y si fracasas en una, recurre a otra.  Mantén la mente abierta para jugar con nuevas posibilidades, cuando te topes con un muro real e infranqueable, ya te enterarás.
  10. Equilibrio.
    Sea cual sea la reacción del otro, tú debes mantener el equilibrio, la calma, la comunicación auténtica abierta.
    Son pocas las ocasiones en las cuales tendrás que repeler verdaderos ataques que buscan dañarte, física o moralmente. En esos casos, verás cuál es respuesta más apropiada. Pero, por lo general no estarás en situación de que otros quieran maltratarte, por tanto, una respuesta mesurada, asertiva, contundente pero amable, suele ser la mejor.
    Recuerda que l rechazo y el fracaso también son posibles, pero no por ello eres un perdedor.
  11. Conceder.
    Una gran herramienta para ser un triunfador es conceder al otro sus victorias y ventajas.
    A veces tenemos que perder un peón, y hasta la reina, para finalmente conseguir el jaque mate del interlocutor.
    Tenlo presente, pero igualmente también recuerda que no todo es confrontación, sino que es mucho más eficiente la colaboración.
  12. Respeto.
    Respeta los sentimientos de los otros y no trates de cambiárselos, pues eso es imposible.
    Mejor haz tu parte, lo mejor que puedas, y deja que el otro haga la suya.

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