Estás semana se nos instruye:
"El Eterno habló a Moshé [Moisés] diciendo:
‘Habla a los Hijos de Israel y diles que a través de sus generaciones se hagan tzitzit en los bordes de sus vestiduras y que pongan un cordón azul en cada tzitzit del borde.
Los tzitzit servirán para que al verlos os acordéis de todos los mandamientos del Eterno, a fin de ponerlos por obra, y para que no os desviéis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, tras los cuales os prostituís.
Será para que os acordéis y cumpláis todos Mis mandamientos, a fin de que seáis santos para vuestro Elokim.
Yo soy el Eterno, vuestro Elokim, que os saqué de la tierra de Egipto para ser vuestro Elokim. Yo soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Bemidbar / Números 15:37-41)
La Torá relaciona íntimamente el precepto de los tzitzit con la Salida de Egipto.
Así mismo, nos indica la perfecta Torá que los tzitzit nos sirven como guía y contención para no desbarrancarnos detrás de los deseos de los ojos y los del corazón.
No es casual que ambas cosas (Éxodo y control de los instintos y complacencias perjudiciales) estén asociados al mismo precepto.
Podemos asumir que es como una advertencia, para que no nos comportemos como los diez exploradores (que son también tema de nuestra parashá), quienes llevados por los temores y anhelos de sus corazones, provocaron una terrible calamidad a sus vidas, y peor aun, a la nación de Israel.
En lugar de tomar como modelo la pérfida y deplorable conducta de estos diez exploradores, debemos asumir la conducta del Eterno, el que nos sacó de Egipto, con mano fuerte y brazo extendido.
El Eterno nos sacó, pues cumplió fielmente la promesa que hiciera a los patriarcas.
Y aunque el trabajo fue extenso, el Eterno mantuvo con tenacidad su objetivo de liberar a la nación.
Indudablemente que Dios bien podría haber sacado a los israelitas en un santiamén, sin rodeos, sin plagas sobre los egipcios, sin aumentar las tensiones y ansiedades que soportaban los hebreos.
Sin embargo, el prefirió el camino un tanto más tortuoso, complicado, fatigoso (en términos humanos, ya que Dios no se fatiga, ni nada es difícil o imposible para Él) para lograr la libertad de los israelitas.
Uno de los motivos para esta elección, es que Él quiere que aprendamos la lección: para salir de todos nuestros mitzraim (Egipto, pero también angustias, padecimientos, estrechez), hay que esforzarse, trabajar, ser constante, levantarse si se ha tropezado, mantener con firmeza el ideal que se quiere alcanzar, soportar los embates adversos, y, especialmente, no dejarse dominar por los anhelos pueriles y los deseos fatuos, que terminan por asfixiar a la persona y apartarla de la redención.
Cuando contemplamos los tzitzit en nuestras vestimentas,
recordamos los preceptos para cumplir,
recordamos la Misericordia del Eterno,
y particularmente recordamos que estamos constantemente sometidos a tentaciones y llamados del deseo negativo, los cuales debemos someter, para no ser sometidos.
(Desde ya, la Cabalaterapia asiste para encontrar modos por los cuales la persona -gentil o judía- puede desprenderse de sus angustias, de sus opresiones, y avanzar hacia su liberación y su personal tierra prometida).
¡Les deseo Shabbat Shalom UMevoraj!
Moré Yehuda Ribco
Enseñó el Rabí Shlomo Carlebaj que los profetas tenían la capacidad de ver desde un extremo al otro del mundo, pero la capacidad de David y de su descendiente el esperado Mashiaj, es la de reconocer la bondad en todo judío, incluso en aquel que se presenta como extraviado y pecador.
(Extraído de "Omek HaLev")
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
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¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?
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¿Cómo se hace para captar la bondad hasta en los malvados, y para que se preserve la justicia y no la falsa misericordia?
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Está narrado que: "Tanto los que reedificaban el muro como los que llevaban cargas estaban armados; con una mano trabajaban en la obra y con la otra empuñaban la jabalina." (Nejemiá / Nehemías 4:17).
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¿A qué hecho histórico concreto está haciendo referencia?
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¿Cuál sería la moraleja, en consonancia con lo que hemos enseñado en nuestro comentario a la parashá?
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¿Por qué estaban armados los trabajadores, acaso Dios no estaba para protegerlos?
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El profeta nos iluminó con la siguiente verdad: "Como tú hiciste, se hará contigo; tu retribución volverá sobre tu cabeza." (Ovadia / Abdías 1:15).
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¿Cuál es método de retribución justa que emplea el Juez eterno?
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¿Dónde entra la Misericordia ante un planteo como el (de Dios a través) del profeta?
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