El buen líder

Esta semana comenzamos la lectura del tercer libro de la Torá, llamado en hebreo Vaikrá.
Este libro es conocido en español como Levítico, pues un tema recurrente del mismo son instrucciones para los cohanim, los sacerdotes que son miembros de la tribu de Leví.
Pero, la palabra Vaikrá en sí mismo quiere decir: «Llamó», «Convocó». Hace alusión al Eterno que convocó a Moshé para comunicarle el contenido del libro.

Es interesante advertir que de forma tradicional el rollo de Torá es escrito a mano por un esmerado experto, quien sigue estrictas y precisas reglas para no modificar el texto sagrado. Va copiando letra a letra, con su arte y ciencia, para preservar fielmente el texto y la composición tal cual en el pasado.
En un rollo de estas características, al llegar a la palabra Vaikrá, ésta que da inicio al libro, notamos un hecho llamativo, pues su última letra, la alef, es más pequeña que el resto de las letras. Lo podemos ver en la foto que acompaña este texto.

Se dan diferentes explicaciones y se derivan montón de enseñanzas a partir de esta diferencia de tamaño.
Hoy compartiré contigo una, para lo cual citaré al gran sabio Confucio:

“Cuando el gobernante obra rectamente, ejercerá influencia sobre el pueblo sin dar órdenes, y cuando el gobernante no obra rectamente, todas sus órdenes serán inútiles.”

¿De qué nos está hablando Confucio?
Pues, del poder que ejerce el buen líder sobre sus seguidores.
No precisa de imponer su parecer o capricho por la fuerza, ni someter a los demás con amenazas o promesas de premios vanidosos.
En su conducta se encuentra su influencia sobre los demás.
Cuando el pueblo está formado por gente ética y consciente, son capaces de ver al líder más allá de sus disfraces y sin tanta distorsión provocada por su ideología (la del pueblo). Por tanto al reconocer al líder ético, noble, comprometido con su tarea, es esa misma conducta y actitud las que orientan al pueblo para que ejerzan buenas leyes y sanos estilos de vida. Al contrario, al percibir un mal gobernante, uno que en verdad no es líder, sino aprovechado de las circunstancias, corrupto, inepto, atrevido, etc.; ese pueblo evolucionado no hará caso a las órdenes del des-gobernante. Por ahí, no les queda más remedio que acatar, para prevenir castigos o para no generar situaciones angustiosas; pero no lo harán por respeto al gobernante, ni por confianza en sus instrucciones.
Por tanto, cuando el pueblo es «superior», el líder indudablemente también lo es.

Al contrario, cuando el pueblo es una masa de gente que es arrastrada por su EGO, dejando de lado la perspectiva ética, entonces se regodearán con el gobernante corrupto pero simpático, o desviado pero que les reporta algún beneficio directo. Es por ello que la chusma como Maduro, Cristina, Lula, Biden, Abbas, entre otros similares, pueden prosperar. Porque usan las técnicas nefastas de los expertos en manipular emocionalmente y controlan de esa forma las mentes débiles de las masas que les siguen. O directamente, se hicieron amos de los mecanismos de ejercer la fuerza y el terror, por lo que presionan y amenazan y tienen formas de dañar a quienes no les siguen.

El liderazgo de Moshé era el ético, desde la verdadera humildad, con el único interés de que la Palabra recibida sea transmitida y sus receptores la acepten y la acaten para su propio bienestar.
La alef pequeña representa su ánimo humilde, su nula vanidad, su consciencia de ínfima importancia ante el Eterno pero su inmenso valor como canal de enseñar Su Torá.

¿Cuál es la enseñanza para tu vida?

https://serjudio.com/apoyo

https://youtube.com/yehudaribco

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