Shelaj Lejá: el castigo Divino que viene acompañado por la esperanza

Es leída esta semana fuera de Israel la parashá Shelaj lejá, que puede traducirse como “envía para ti” o también “hazte cargo de enviar”.
Contiene uno de los relatos pivotes en la historia judía, pues, estando el pueblo de Israel a pocos pasos de ingresar a la Tierra de Promisión, comienzan a dudar de sus posibilidades de asentarse rápidamente en ella. La inquietud sigue subiendo y alterando los ánimos, por lo cual finalmente Moshé recibe el permiso para enviar exploradores a que la recorran y traigan los informes que confirmen lo que ya Dios les había indicado: la tierra era muy buena y estaban en condiciones de hacerse con ella sin complicaciones.
Sin embargo, sabemos que la historia no terminó felizmente así.
Por el contrario, la mayoría de los notables que fueron designados como exploradores se transformaron en espías, supongo que sabes las diferencias entre ser un explorador a ser un espía. Para colmo, al regresar no solamente trajeron información de las cosas más espeluznantes, en lugar de centrarse en las propias fortalezas; sino que además incluyeron un relato amplificado por su miedo, por su fantasía de impotencia ante la tarea de conquistar la tierra.
Su mala propaganda, su influencia negativa, bien pronto repercutió en el corazón endeble de muchos de los israelitas quienes se doblegaron ante su miedo y sus expectativas egoístas, por tanto comenzaron a clamar amarga y violentamente en contra de Dios, de Moshé de la Tierra de Israel… sabemos qué aconteció luego.

Ahora, veamos las temáticas siguiendo el orden de las aliot laTorá.

1ª aliá: Moshé envía a los exploradores a su misión. Iría un personaje notable de cada tribu. Recibieron la orden de recolectar datos que describieran la tierra, sus habitantes, la fortaleza de los mismos, sus debilidades.

2ª aliá: Los exploradores regresan trayendo algunos enormes frutos que crecían habitualmente en la tierra de Israel. Lo que podría servir como evidencia de la fértil y bendita tierra, en sus bocas se transforma en acusación y relato de miedo, pues les sirve para demostrar que hay gigantes allí, listos para destruir a los israelitas como si fueran hormigas.
Al propalar un informe negativo, más basado en sus fantasías que en los hechos o en la confianza en la promesa de Dios, incitan a que muchos de los débiles de la nación pierdan sus esperanzas y se quejan contra Dios y Moshé.

3ª aliá: Caleb se pone a la cabeza de los que defienden a Dios y anima a la gente a no rebelarse. Sin embargo lo quieren matar. Es Dios quien lo rescata.
Entonces Dios informa a Moshé que está listo para erradicar al pueblo, pues no paran de encontrar cosas negativas en todo lo bueno que Dios hace por ellos. Pareciera ser que la corrupción moral egipcia los ha atrapado y no los deja ser libres realmente.
Moshé defiende al pueblo y negocia con Dios para que la consecuencia de los pecados que habían cometido sea otra.
En esta aliá encontramos el famoso párrafo:

«וַיֹּ֣אמֶר יְהוָ֔ה סָלַ֖חְתִּי כִּדְבָרֶֽךָ : Dijo el Eterno: –Yo he perdonado, según hablaste.»
(Bemidbar/Números-14:20)

4ª aliá: Los espías mueren, y la nación es informada de su propio castigo.
La respuesta de Dios fue terminante y absolutamente justa: ya que preferían morir en el desierto a siquiera tratar de ingresar a la Tierra de Promisión, pues entonces morirían allí mismo.
Era una sentencia estricta y sin embargo para nada un castigo, pues era dar lo que pedían.
La defensa de Moshé de cierta forma fue exitosa, pues se preservó la vida de la nación, aunque quedaba en pie el decreto terrible de Hashem: estarían en el desierto hasta completar cuarenta años fuera de Israel. Además, cada noche entre el 8 y el 9 de Av, habría unos 15.000 varones de 60 años para arriba que morirían a causa de ese pecado, hasta que por fin fuera a entrar el pueblo a la Tierra.

5ª aliá: Se establecen las leyes de la ofrenda de comida conocida como “minjá”.
Es curioso que justamente aquí sean dadas estas leyes pues, era una ofrenda para realizar en la Tierra de Israel y no fuera de ella. Entonces, ¿qué necesidad de dictar aquí estas leyes, justamente al ratito de decretar que por otros 38 años estarían fuera de la Tierra de Israel?
La respuesta clásica que dan los sabios es que, con estas leyes Dios estaba dando esperanzas al pueblo judío pues, era una manera indirecta de decirles que tendrían que atravesar las penurias y el exilio, pero que finalmente lo malo terminaría y estarían en condiciones de cumplir con el asentamiento en la Tierra. Sería mucho más tarde. Sería mucho más difícil y costoso. Sería un quiebre en el plan que Dios tenía para ellos, de un rápido acceso y asentamiento, luego una veloz construcción del Templo, una presta eliminación de los peores enemigos y la pronta llegada de la Era Mesiánica. Obviamente que todo eso se retrasó, no solo 38 años, sino décadas, siglos y milenios.
Nunca sabemos exactamente el efecto de nuestras acciones, para bien o para mal.
¿Se entiende?

6ª aliá: Se establecen las leyes de separación de Jalá: la ofrenda de la masa y la ofrenda comunitaria por el pecado.
Recordemos que “jalá” NO ES el pan de Shabat. Tampoco es el pan trenzado.
Jalá es el nombre que recibe la porción de masa que se quita cuando la misma excede el kilo de harina. Esa pequeña porción debería ser entregada a un cohén. Actualmente lo que se hace es inutilizarla, para que nadie haga uso de ella.

7ª aliá: Tenemos también aquí las reglas para la ofrenda por el pecado individual.
Luego está el relato del incidente con el hombre que transgredió Shabat juntando palos y cómo se procedió con él hasta su final castigo.
Finaliza la parashá con la mitzvá de Tzitzit, los cuales al verlos nos deben hacer recordar de que fuimos esclavos en Egipto y Dios fue quien nos libertó, así como también recordar que hay 613 mandamientos en la Torá para que hagamos aquellos que nos corresponden.

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p align=»center»>¡Shabat Shalom!

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