Tu modelo del mundo te modela

Un mapa te muestra el camino, si es que sabes usarlo.
Un mapa es una representación de un hecho externo.
De acuerdo al mapa y al uso del mismo es como una persona puede facilitarse el tránsito por el mundo.
Si posees el mapa adecuado, te auxilia en tu toma de decisiones, te encamina con solvencia hacia el rumbo deseado en tanto te aparta de los lugares inhóspitos o poco favorables.
Por lo cual, es bueno de hacerse de un mapa detallado, idóneo, de simple lectura aunque cuente con complejos datos.

Los mapas suelen ser hechos por otros, a veces expertos, lo que nos brinda un descanso y cierta seguridad, pues no tenemos que estar haciendo desde cero todo el trabajo nosotros, a la par que el que conoce y lo sabe manifestar se ha encargado de disponer las líneas del mapa para nuestro uso.
A veces modificamos el mapa a nuestro deseo o conveniencia, respetando o no las líneas y marcas que han sido trazadas, pero añadiendo aquello que nos resulta relevante en determinado momento de nuestra vida.

Contamos con un mapa espiritual, de vida, ha sido diseñado por el Creador.
Para los gentiles se llama noajismo, o Siete Mandamientos Universales.
Para los judíos se llama judaísmo, o mandamientos de la Torá.
El mapa trazado por Dios para los gentiles es bastante más simple, porque el territorio que deben poblar y hacer florecer los gentiles carece de grandes riesgos o dificultades. Con siete mandamientos, seis de los cuales son prohibiciones, se encamina el gentil con solvencia y bendición. Por supuesto que a ese mapa un gentil le puede ir incorporando aquellos mojones y referencias que harán de su vida más rica, más luminosa, al incorporar reglas de vida ética, que no son mandamientos pero que tienen sus raíces en los mandamientos que les competen.
Por su parte, el judío tiene un mapa mucho más complejo e intrincado, resulta pesado incluso para decodificar, además de que se le suman miles de reglas elaboradas por los legistas idóneos de todas las épocas.
Como sea, ambos mapas son los ideales para cada identidad espiritual, puesto que el mapa noájico le resulta incompatible para el judío, así como el mapa judaico no señala el camino para la persona noájida.
Con sabiduría y amor así ha decretado Dios que fuera, que existieran dos territorios espirituales, dos identidades espirituales y dos mapas espirituales para hacer del mundo un lugar perfecto a la Luz del Eterno.

Pero, además del mapa espiritual contamos con mapas mentales individuales.
Estos mapas mentales se forman con imágenes mentales que incluyen palabras, sonidos, actos, sabores, aromas, pensamientos, sensaciones, recuerdos, imágenes visuales, etc. y establecen un territorio mental en relación al mundo y a uno mismo, así como establecen pautas de conducta, modelos de actuar en relación al mundo y a uno mismo.
En pocas palabras, tal como creemos que es el mundo nos comportamos.

Cada uno de estos mapas personales es obra de lo que vamos incorporando de las instrucciones que nos dan las demás personas, así como aquello que vamos elaborando personalmente.
Desde chicos nuestros mayores nos delimitan territorios, nos trazan líneas de conducta, nos bosquejan un diseño de lo que ellos consideran que es la realidad y cómo debemos transitarla. Son instrucciones dadas consciente e inconscientemente, es decir, a veces nuestros mayores tienen idea clara de lo que nos están afirmando, en tanto que otras ellos actúan como ciegos que dirigen a otros que tampoco ven.
Ejemplo de ambas situaciones: el padre le dice al niño que no le peque a los otros chicos, pues eso no es bueno; ejemplo de instrucción dada conscientemente.
Ahora, un ejemplo de adoctrinamiento no consciente: el padre bebe alcohol por demás y además maltrata a la esposa e hijos; el niño va incorporando ciertas imágenes de lo qué es ser hombre, padre, esposo, hijo, esposa, etc.
Nos adoctrinan, nos entrenan, nos educan, nos amaestran, nos enseñan, nos cohartan, nos alientan, etc. Y nosotros, pequeños aún, no tenemos herramientas como para hacer otra cosa que recibir y admitir tales diseños de la realidad que nos imponen.
Mientras vamos creciendo, por ahí, tenemos la posibilidad de ir modificando el mapa que nos están trazando y añadir nuestras propias pautas; pero esto no siempre ocurre, ni tampoco de la mejor manera.
Muchos se encierran en su mapa y actuán con fidelidad hacia él. Incluso llegan a no percibir que usan tal mapa, cómo lo han adquirido, cómo afecta sus vidas, de qué manera vivir sin esclavizarse al mapa mental, etc.

Quizás ya te has dado cuenta de que hay personas que llevan un mapa mental muy limitado, carente de información veraz, poblado de oscuridad y mitos; hay personas que tienen un mapa correcto, pero pobre; otros cargan un mapa finamente seleccionado, con apropiada información, muy útil a la hora de ser usado; y así hay varios tipos de mapas que determinan tipos de actuar en el mundo.

Existen personas que reaccionan ante los hechos de manera estereotipada, es decir, una y otra vez de similar forma.
Algo así como que han aprendido a usar el martillo y entonces ante cada situación martillan, no importa si ante ellos hay clavos, tornillos o tachuelas. 
Creen tener pocas opciones, unas escasas habilidades poco elaboradas, ninguna de las cuales les resulta particularmente llamativa.

Por otro lado, están las personas que responden creativamente y se las arreglan con eficacia para resolver las situaciones cambiantes de su realidad..
Éstas cuentan con un reparto rico de respuestas por lo cual perciben un amplio abanico de posibilidades del cual elegir su acción.
Saben martillar, pero también usar el destornillador, el broche, otros instrumentos y herramientas para alcanzar fines variados de diversas formas; y cuando no encuentran en su repertorio la receta prefabricada, crean una que se acomode a sus necesidad.

La diferencia radical entre ambos tipos de personas no se encuentra en que para unos el mundo sea más limitado que para los otros, o que no dispongan de similares opciones, sino que los del primer tipo se bloquean y no des-cubren las opciones y las posibilidades que se ocultan ante ellas, en tanto que los del segundo grupo sí, están abiertos al des-cubrimiento y la movilidad.
Así pues, unos y otros actúan como resultado de cómo hacen encajar sus respectivas situaciones dentro de sus modelos del mundo.
En pocas palabras: según creen, son.

Si se creen ineptos, serán frecuentes sus torpezas.
Si se creen no favorecidos para el amor, harán lo posible para sufrir de soledad.
Si se consideran menospreciados, no brillarán.
Pero, si se creen útiles, aptos, dignos de respeto entonces alcanzarán a actuar con mayor energía, énfasis, precisión, calidad y rebozarán de dignidad.
Las personas exitosas tienen un mapa de la realidad que les permite percibir con claridad, reconocer sus habilidades, plantearse objetivos, organizarse y ser eficientes en lo que emprenden. Los resultados finales no dependen de la persona, pero la acción, la voluntad, lo que hace, eso sí depende de uno.

Te habrás dado cuenta de que se pone de manifiesto la importancia de flexibilizar y expandir nuestra percepción de la realidad para así estar en disposición de ampliar nuestro mapa del mundo.
Al abrir nuestro rango de opciones, abrimos nuestro ser al cambio positivo, y por consecuencia a una más eficiente y real construcción de Shalom.
Cuanto más amplio sea nuestro mapa más posibilidades tendremos para resolver los desafíos de la vida.

Luego de comprender esto, nos parece que la cuestión es saber sí es posible pasar del primer grupo al segundo, y cómo hacerlo.
Pasar de un limitado mapa mental, de escasos recursos, de repetidos pasos marcados por el fracaso; a un modo de vida amplio, poblado de opciones, con inventiva y eficacia.
¿Cómo hacerlo?

Por supuesto que no te daré la respuesta aquí, sino tan sólo una breve idea.
Quedará en ti luego la opción de embarcarte en la aventura de descubrir tu mapa, de conocerte y de escoger hacer los cambios necesarios en tu vida para ir por la senda de los exitosos.
Una buena herramienta te la podemos brindar con la CTerapia, pero existen otras formas de perfeccionamiento de la personalidad que te pueden ser de provecho.
Busca aquello que se adeque a ti y tu a ello, para realizar la tarea de conocerte y crecer.

El mapa personal es una experiencia subjetiva de interpretación de la realidad, que es única, en cada individuo.
Es una construcción que comienza desde el comienzo de la vida personal y al cual se va añadiendo/modificando más datos o reforzando los existentes.
Para alcanzar un mapa mental que nos lleve por la senda exitosa, es menester ampliar nuestra experiencia sensorial (visual, auditiva y kinestésica), limpiar nuestros filtros internos (entre ellos nuestras creencias) que pueden distorsionar nuestra experiencia.

Un buen ejercicio para que practiques es el de concentrarte en tus percepciones, detenerte a percibir y contemplar lo que estás sintiendo, para de esa forma disfrutar de lo que te rodea, vivir el aquí y el ahora y descubrir nuevas oportunidades.
Claro que no lo harás siempre, pero acostúmbrate a darte esos lapsos en el día para contemplar la existencia, para detener el correr agitado, para pausar el fluir estereotipado, para armonizar tu experiencia con tu Yo Auténtico.
Quizás no te sea simple, al principio, pues no estás habituado a hacerlo, pero si te lo propones y tienes el ánimo correcto, podrás lograrlo.

Recuerda que a la realidad la enriqueces o empobreces de acuerdo a tu mapa mental del mundo y de tu ser.
Si te abres, si aprendes a perfeccionar tu mapa, entonces podrás percibir más opciones disponibles y actuar con eficacia y sabiduría sea lo que sea que estés haciendo.

Tu tarea como constructor de Shalom se beneficiará enormemente, tu vida será más deliciosa, cuando descubras que modelos de vida estás siguiendo y cuáles preferirías construir a partir de ese conocimiento.

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