Parashat Vaierá 5768

Shabbat: Jeshvan 15, 5768; 27/10/07

Un comentario de la Parashá Vaierá (Bereshit 18:1 – 22:24)
*Elección divina*

¡Bienvenido nuevamente estimado socio en el estudio de la Torá!

Continuamos esta semana con la cuarta parashá de Bereshit, en la cual se consolida la presencia ejemplar del patriarca Avraham.
Como sabemos, nuestros primeros padres nos sirven de referencia y guía para todas las ocasiones de vida, ya que a través de sus experiencias nosotros vamos aprendiendo los caminos correctos que edifican la existencia personal y social.
En palabras de nuestros Sabios: «Maasé avot simán labanim – Los hechos de los patriarcas son señales para los descendientes«.
La conducta de nuestros ancestros es pues como un faro, que va marcando la ruta apropiada, que nos aparta de los escollos y encalles y lleva hacia el buen puerto.
En un fascinante viaje tanto en el plano de lo terrenal como de lo celestial.

Al respecto, en esta semana encontramos el siguiente pasaje:

«Porque Yo (Hashem) he escogido a Avraham
porque sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él
para que guarden el camino del Eterno,
practicando la justicia y el derecho«
(Bereshit / Génesis 18:19)

Observemos detalladamente la frase.
El Eterno testimonia que Él ha escogido a Avraham (y a sus descendientes, los judíos). Como Él es el Creador y Todopoderoso, seguramente que esta elección no se basó en hechos superficiales, en pasiones del momento, en deseos oscuros, en arbitrarias preferencias.
Seguramente que esta elección tiene motivos profundos y eternamente valederos.
Algunos de estos motivos quedan expresados en el versículo que citamos
Veamos:

Hashem sabe que Avraham y sus descendientes (los judíos) serán por todas las generaciones fieles a Él.
El pueblo judío, en su mayoría, no se desviará de la adhesión al Eterno, ni se apartará en pos de falsas deidades.
Hashem sabe que en la Familia Judía se entrega como herencia espiritual aquello que ha sido encomendado por el Eterno, reglas y pautas de vida en sintonía con la divina Voluntad.
Por lo general, cuando de herencia espiritual se trata, no se introducen conceptos ajenos a la esencia de la Torá.
Hashem sabe que en la Familia Judía es importante el mantener la tradiciones y leyes. Tal como se ha recibido de los padres se ha de trasmitir a los hijos.
Es un apego muy fuerte hacia la propia identidad familiar.
Hashem indica que para Avraham y sus descendientes es importante que también los que no son de la Familia reciban la correcta orientación y sean conducidos por el camino correcto, del bien y de la justicia.
Por esta razón a lo largo de las generaciones se han creado profundos lazos de cooperación entre todos los seguidores del Eterno, sean de la Familia Judía o no.
Hashem sabe que los hijos de la Familia Judía andarán por el camino del Eterno, es decir, aquel marcado por las mitzvot que se encuentran en la Torá y desarrolladas por las halajot estipuladas en los libros de los Sabios de Israel.
Hashem sabe que es un rasgo de la descendencia de Avraham el actuar con ánimo de justicia y bondad.
Por supuesto que hubo y hay descendientes de Avraham que no han sabido andar por el camino de la rectitud, sin embargo, en el seno de la nación judía, como colectivo, se mantiene resplandeciente la llama de la solidaridad, la justicia social, el imperio de lo correcto.
El actuar con bondad y justicia no es suficiente, si no se hace de acuerdo al camino del Eterno.
Porque, a veces para hacer alguna bondad la persona comete una transgresión, y esto no es lícito ni recomendable. Por el contrario, la idea básica debe ser que toda buena acción ha de estar limpia de complicidad con el engaño, la malicia, la corrupción, etc.
Es decir, no es una manera judía de proceder lo que hacía Robin Hood, de robar a los ricos para dar a los pobres, porque la buena intención quedaba cancelada por la inmoralidad del medio para alcanzarla.
En el judaísmo el fin nunca justifica los medios.
O se hace las cosas de acuerdo a la ley de principio a final, o mejor no se hace.
Hashem sabe que Avraham se eligió para ser elegido por Hashem, ya que hizo de la divina Voluntad su propia voluntad. Dejó de lado sus deseos y anhelos, si estos contradecían la Palabra del Eterno. Construyó toda su vida en torno a los mandamientos del Eterno. Fue fiel en grado máximo al Eterno.
De esta manera Hashem lo escogió, pues Avraham ya había escogido seguir a Hashem.

Hasta aquí algunas de las características que hicieron de Avraham y sus descendientes (los judíos) un pueblo especial, un faro para los que anhelan andar por la Buena Senda.

¡Te deseo a ti y a los tuyos que pasen un Shabbat Shalom UMevoraj!
¡Qué sepamos construir shalom!