Parasha Ki Tetzé
9 de Elul 5762. 17 de agosto de 2002.
En este Shabat leemos la porción semanal Ki Tetzé en el que encontramos un número importante de leyes que fueron proclamadas a los hijos de Israel, previo a su ingreso a la Tierra de la que emana leche y miel, la Tierra Prometida. Estas disposiciones hacen relación a la vida de familia, nuestra preocupación con el prójimo y la armonía en las relaciones humanas, entre otros temas trascendentales.
La Torá que tiene más de 3314 años y cuyas mitzvot, preceptos, son tan vigentes y actuales entonces como en nuestros días. El capítulo Ki Tetzé nos relata varias veces acerca de los matrimonios, los distintos problemas que se pueden presentar en la vida matrimonial y nos habla también de los casamientos exitosos y ejemplares.
La familia fue y es la piedra angular sobre la cual se construye nuestra sociedad y de la cual dependen nuestras comunidades e instituciones.
Asimismo, el matrimonio además de ser una unión bendecida y sagrada, lo que suceda en el mismo beneficia o afecta no solo a la pareja sino a su descendencia por varias generaciones.
Enseñan nuestros sabios que el casamiento no es solo el juntarse dos personas, dos voluntades. Es responsabilidad de los rabinos, y de la comunidad, el preparar a sus jóvenes con antelación a la jupá para que de alguna forma tengan alguna idea de lo que se espera de ellos como una nueva pareja, un nuevo hogar en el Pueblo de Israel.
En el Pirkei Avot, Tratado de Principios, cap.5, enseñan nuestros sabios que el amor que depende de algún interés desaparece cuando el este desaparece. En una sociedad de consumo como la nuestra, debemos reforzar los valores espirituales y los conocimientos para valorar verdaderamente lo que tiene valor y debe ser permanente.
La relación correcta y esperada entre un hombre y una mujer, es cuando ambos se integran como en un solo cuerpo y en una misma alma. Esta entrega y este amor en donde la fidelidad y el interés por el otro es sincero y permanente, permitirá que este matrimonio perdure al pasar de los años, el cambio de los tiempo y cualquier problema que pueda hacer caer una pareja que no este bien fundamentada. En tal sentido estamos organizando con mi señora encuentros con parejas, novios o casados, que quieran profundizar en estos conceptos inspirados en las enseñanzas de nuestros sabios y la Torá, que solo nos da optimismo, satisfacción y bendición.
Shabat Shalom les desea
Rabino Aarón Ribco y flia
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La paz perfecta.
… Un Rey que ofreció un gran premio a aquel artista que pudiera captar en una pintura la paz perfecta. Muchos artistas intentaron. El rey observó y admiró todas las pinturas, pero solamente hubo dos que a él realmente le gustaron y tuvo que escoger entre ellas. La primera era un lago muy tranquilo. Este lago era un espejo perfecto donde se reflejaban unas plácidas montañas que lo rodeaban. Sobre éstas se encontraba un cielo muy azul con tenues nubes blancas. Todos los que miraron esta pintura pensaron que ésta reflejaba la paz perfecta. La segunda pintura también tenía montañas. Pero éstas eran escabrosas y descubiertas. Sobre ellas había un cielo furioso del cual caía un impetuoso aguacero con rayos y truenos. Montaña abajo parecía retumbar un espumoso torrente de agua. Todo esto no se revelaba para nada pacífico. Pero cuando el Rey observó cuidadosamente, él miró tras la cascada un delicado arbusto creciendo en una grieta de la roca. En este arbusto se encontraba un nido. Allí, en medio del rugir de la violenta caída de agua, estaba sentado plácidamente un pajarito en el medio de su nido… Paz perfecta ¿Cuál crees que fue la pintura ganadora? El Rey escogió la segunda. ¿Sabes por qué? "Porque," explicaba el Rey, "Paz no significa estar en un lugar sin ruidos, sin problemas, sin trabajo duro o sin dolor. Paz significa que a pesar de estar en medio de todas estas cosas permanezcamos calmados dentro de nuestro corazón. "Este es el verdadero significado de la paz."