LAS NARRACIONES PATRIARCALES, MÁS ALLÁ DE MERAS LEYENDAS.
Por Shaúl Ben Abraham
Este escrito hace parte de un texto que vengo preparando en torno a la llamada Hipótesis Documentaria y a su refutación desde la óptica de la Torá Escrita y Oral como base suficiente y amplia que presenta un mundo real y no una invención postexílica como aseguran los críticos. Comprendiendo eso sí que si bien la Torá no está interesada en afirmaciones históricas ni científicas, ello no significa que sea ni ahistórica ni anticientífica, sino que habla, como dicen nuestros Sabios de Bendita memoria, “con el lenguaje de los seres humanos”. Por lo demás este escrito no es conclusivo ni lo considero terminado, así que está dispuesto para la crítica y las observaciones.
Quizás uno de los temas de discusión más sobresalientes entre escépticos, críticos radicales y creyentes bíblicos es la historicidad o no de los relatos patriarcales narrados en el Sefer Bereshit, el primer libro de la Toráh. Este es un tema que a pesar de la antigüedad deja de ser importante, considérese como se considere a la “Biblia”, ya que estos relatos, acéptense o no como auténticos, repercuten en el ideario de las tres religiones consideradas abrahamicas –dos de ellas las más grandes del mundo- y en nuestra cosmovisión y constitución cultural.
El Bereshit en particular, y el Tanaj en general, es para el documentarista radical un texto producto del amasijo de tradiciones que puede considerarse de principio a su fin como un mero compendio de leyendas sagradas con introducciones míticas en sus tres primeros capítulos y en los siguientes ocho una amalgama de leyendas reelaboradas a partir de material foráneo a Israel y que solo con Abraham y luego hasta Moisés aparece la narrativa nacionalista. De Moshé hasta David, ciertos rasgos históricos se presentan pero aun mezclados con elementos legendarios indistinguibles. Solo de David en adelante se cuenta con historia propiamente dicha, aunque con elementos legendarios al igual que la literatura circundante de otros pueblos .
De acuerdo a Gleason Archer, en A Surver of Old Testament Introduction, para los documentaristas : “…los relatos del Génesis acerca de la vida de Abraham y de sus descendientes son indignos de confianza y a menudo ahistóricos. Noldeke incluso llegó tan lejos como para negar totalmente la existencia de Abraham”. El padre de la Hipótesis Documentaria, Julius Wellhausen, deja clara su perspectiva al afirmar que :
Es imposible sacar de las narraciones patriarcales ninguna información histórica acerca de los patriarcas; solo podemos aprender algo acerca del tiempo en el que contaron al pueblo israelita las historias respecto a ellos. Este periodo más tardío, con todas sus características esenciales y superficiales, fue proyectado involuntariamente hacia una remota antigüedad, y queda aquí reflejado un espejismo transfigurado.
Si eso fuera cierto, como veremos a la luz de los datos arqueológicos, esa proyección involuntaria hacia esa “remota antigüedad” salió muy bien. Wellhausen vio en Abraham una creación del arte inconsistente de escribas tardíos, pero esa apreciación sesuda e intelectual deja ver más sus interese filosóficos que su honestidad intelectual. Sin embrago no se lo puede culpar ahí dónde no poseía los datos arqueológicos que en la actualidad se tienen sobre el llamado periodo de los patriarcas gracias a la cantidad de material de inscripciones antiguas que ilustran muchísimo las condiciones socioculturales de ese tiempo, los cuales han permitido considerar, desde su raíz, las apreciaciones de la crítica radical sobre el Tanaj, aportado evidencias indirectas que señalan una clara concordancia entre los relatos patriarcales y el trasfondo de su era, lo que confirma y mantiene como fiel en muchos casos la visión tradicional y que, contrario a lo que piensan los críticos, coincide en muchos puntos con la Toráh Oral del pueblo de Israel.
Tabletas de Mari
Las Tabletas de Mari, descubiertas en el Éufrates Medio han confirmado las tradiciones israelitas según la cual sus antepasados fueron a Tierra de Canaán desde la región de Jarán en Mesopotamia noroccidental. Las excavaciones en esta región iniciaron en 1933 bajo la dirección de André Parrot y lo que encontraron fue con uno de los centros de vida semítica noroccidental más importantes de los tiempos patriarcales. Para 1936, Parrot y sus equipo, ya había exhumado miles de tabletas cuneiformes que databan cerca del 1700 a.e.c y que fueron luego traducidas y publicadas.
La importancia de estas tabletas reside en que arrojan luz sobre el período histórico en que se suponen vivieron los Patriarcas tal y como lo señala el Sefer Bereshit. Ejemplo de ello es la “ciudad de Nacor” (ver Génesis 24:10) que aparece frecuentemente mencionada junto a Harán en los documentos de Mari. El nombre mismo de un príncipe de Mari, Ariyuk, es similar al de Ariok de Génesis 14; lo mismo puede decirse del nombre Benjamín, que aparece con frecuencia como nombre tribal en Mari.
Gracias a éste y otros descubrimientos las vidas de Abraham, Itzjak y Yaacov ya no se examinan como meras leyendas o como figuras aisladas cuyas historias fueron redactadas siglos después de los acontecimientos; un estudioso serio bien puede examinarlas como propias de sus tiempo, que describen muy bien el territorio en dónde viven, con sus ciudades y lugares, teniendo las mismas costumbres de la época. Todo esto implica que, contrario a lo que afirmaron los críticos radicales y que se quedó en las ideas populares, los relatos patriarcales-matriarcales tienen un núcleo histórico total, lo que no quiere decir que el Génesis no presente los acontecimientos de un modo diferente y original, con la clara intención de presentar los acontecimientos bajo la lupa monoteísta.
Los códigos legales
Muchas de las acciones de los patriarcas narradas en el Sefer Bereshit eran vistas de manera extraña, pero gracias a los códigos legales del periodo, en especial de los hititas, se ha podido comprobar que corresponden a muchas costumbres de la época. Quizás el más detallado e interesante se encuentre en el capítulo 23 del Génesis donde se exhibe el exacto procedimiento hitita; lo interesante es que la escritura corresponde al periodo de Moshé y no al siglo trece a.d.e. Henry T. Frank comenta al respecto :
De manera similar, una cantidad de incidentes nada claros, asociados con los patriarcas, han sido ahora clarificados por la arqueología, resultando que eran normales a principios del segundo milenios. Ya hemos visto que el regateo de Abraham con Efrón acerca de la compra de la Cueva de Macpelá (sic) estaba en conformidad con la común práctica de la antigüedad. Evidentemente, Abraham quería comprar sólo la cueva en la que enterrar a su mujer, Sara. Sin embargo, gobernado por las prácticas hititas, tuvo que comprar no sólo la cueva, sino además la tierra y los árboles que estaban en ella. Esta asunción de obligaciones feudales descrita en Génesis 23:1-20 está totalmente en armonía con los documentos hititas recuperados en Bogazköy en los que se destacan estos detalles.
Las tabletas de Nuzu
El descubrimiento del archivo de textos legales y sociales en Nuzi o Nuzu, un lugar en Irak nororiental, ha revelado que el trasfondo cultural de la época patriarcal descrita en el Sefer Bereshit es precisa y consistente. Por eso Albright no duda en declarar :
Cuando añadimos el hecho de que nuestro presente conocimiento de las instituciones y costumbres sociales en otra parte de la Mesopotamia septentrional en el siglo quince (Nuzu) ha iluminado de manera brillante muchos detalles en las historias patriarcales que no concuerdan con la tradición postmosaica en absoluto, nuestro caso en favor de la historicidad sustancial de la tradición de los Patriarcas queda afianzado.
De acuerdo a G.E Wright , los nuzianos eran los hurriras, o hóreos mencionados en el Tanaj, que fueron considerado una cultura primitiva y luego se consideraron armenoides no indoeuropeos de la Mesopotamia septentrional, que florecieron entre el 1500 y 1400 a.d.c. si bien como explica Cyrus Gordon los patriarcas no eran nuzritas, sus culturas eran muy similares debido a la identidad que estos pueblos tenían con su tiempo y costumbres, y por eso las Tabletas de Nuzu ayudan a comprender la vida de Abraham y sus descendiente inmediatos. Por ello como dice Gordon : “Gracias a los textos de Nuzu podemos sentirnos confiados en que las instituciones sociales nos han sido transmitidas de una manera fidedigna”.
¿Qué ejemplo de las Tabletas de Nuzu ayudan a entender algo de lo narrado en el Sefer Bereshit? La primera historia que llama la atención por sus paralelismos es la de un contrato matrimonial de Nuzu, en el que la desposada Kelim-Ninu promete por escrito procurarle a su esposo, un tal Shenima, conseguirle una segunda esposa si ella no le podía dar hijos, prometiendo no expulsar a los hijos que nacieran de esa unión. Sin duda las historias de Sara, de Rajel y Lea se hacen comprensibles a la luz de las tradiciones de ese periodo y que corresponden a reglas sociales del período y no las fantasías de escribas posteriores
También se hizo comprensible el verso 15:4 “No te heredará éste, sino tu hijo será el que te heredará”. Era usual en Nuzu que las personas sin hijo adoptaran un hijo que les sirvieran mientras vivieran, y que los sepultara. A cambio de estos servicios, el hijo adoptado era designado como heredero. Pero si sus padres engendraban un hijo después de la adopción, el adoptado tenía que ceder al hijo real el derecho a su herencia .
Las tabletas de Ebla
En Tell Mardik, la antigua ciudad de Ebla, se descubrieron una serie de documentos que han arrojado una abundante información sobre las narraciones patriarcales. David Noel Freedman, señala con relación al periodo patriarcal y su conexión con las Tabletas de Ebla :
Sin embargo, a pesar de los malos ejemplos del pasado y de las abundantes advertencias por parte de los asociado con los descubrimientos de Ebla, creo firmemente que hay un enlace entre las tabletas de Ebla y la Biblia (sic), no solo del tipo lingüístico y literario ya mencionado, que es casi inevitable, o incluso en términos de un fondo común de nombres de personas y lugares, sino mucho más directo en términos de historia, cronología y factualidad.
Condiciones de vida y contexto sociocultural
Millar Burrows comenta : “Puede que no lleguemos a tener evidencia arqueológica específica acerca de que este o aquel acontecimiento en las historias de los patriarcas realmente sucediera, pero las costumbres sociales que reflejan en las historias concuerdan con el período patriarcal; también concuerdan con la región de donde afirman proceder los patriarcas”. Mientras que W.F. Albright sostiene un punto de vita más directo y radical al afirmar : “La imagen de los movimientos en el país montañoso de Palestina (sic), de migraciones periódicas entre el Neguev y la Palestina (sic) central, y de viajes fáciles entre Mesopotamia y Egipto, se halla, por tanto, tan perfectamente en armonía con las condiciones de la Edad de Bronce Media, que está totalmente injustificado el escepticismo histórico”. Por su parte Fred H. Wright da un ejemplo específico en relación a los viajes en éste período :
Los que han puesto en tela de juicio el carácter histórico de los patriarcas han cuestionado la migración de Abraham desde Ur de los Caldeos a la tierra de Canaán, y también la expedición militar desde Babilonia a Palestina (sic), como se indica en Génesis 14, debido a que, según excavadores de Babilonia han descubierto una tableta que muestra que había mucho intercambio entre estas tierras en aquel contrato de transportes. El dueño del carro lo alquiló a un hombre durante un año con la condición de que no fuera conducido a Quitim (esto es, la tierra costera del Mar Mediterráneo). Evidentemente, era muy usual que los carros se dirigieran por esta ruta desde Babilonia a Canaán o sus cercanías, y este dueño estipulaba que ello no sucediera con su carro. Esto constituye una clara evidencia de lo usual de las comunicaciones entre estas dos partes del mundo antiguo.
Con respecto al nombre Abraham, que para muchos no correspondía al período asignado, Jonh Elder comenta : “No es de esperar que las historias que nos han dejado los reyes de aquel tiempo nos mencionen un hombre como Abraham. Pero una tableta hallada en Babilonia presenta el nombre Abarama, y registra que pagaba su alquiler. Al menos, sí que se ve que Abraham era uno de los nombres empleados en aquel período”
El contexto geotopográfico.
De acuerdo a Merrill F. Unger la topografía mencionada den el libro del Génesis, concuerdan con las condiciones arqueológicas de la Edad del Bronce Medio (2000-1500 a.d.e) mejor que con épocas posteriores, como en las que se suponen fue escrito. Y comenta para precisar:
Las cinco ciudades de la llanura (circulo) del Jordán -Sodoma, Gomorra, Adma, Zeboim y Zoar- pertenecen también a la era patriarcal temprana. La información bíblica de que el distrito del Jordán, en el que estaban emplazadas estas ciudades, era sumamente fértil y poblado alrededor del 2065 a. C., (sic) pero no mucho después fue abandonado, está totalmente de acuerdo con los hechos arqueológicos.
Así pues contrario a lo que se creyó por mucho tiempo el Valle del Jordán estaba densamente poblado, aun en fechas tan tempranas como el 3000 a.d.e, en especial Ai, Betel, Siquem, ciudades que de acuerdo a Bereshit 12: 6-8, están íntimamente relacionadas con los viajes de Abraham.
La llamada “Tabla de las Naciones” de Génesis 10 y las listas del capítulo 11 (Recordar a Josefo) ha sido testeada por la arqueología y se ha encontrado fiable, muchos nombres, d e hecho, solo eran conocidos por el registro bíblico y no eran conocidos en fuentes externas hasta que se encontraron una en que se confirmaban, demostrando que se trata de un documento preciso, y así aparecen bajo la siguiente forma:
Tubal como Tabal
Mesec como Mushké
Ashkenaz como Ashkunz
Togarma como Tagarama
Elisa como Alashiya
Tarsis como Tarsisi (Tarshish Asiria)
Kus como Kusi
Put como Putu
Dedán como Ddn
Acad como Akkadu
Sinar como Shanghar
Abraham en Egipto
Muchos críticos mantuvieron por años la idea de que Abraham y los patriarcas no pudieron haber visitado Egipto, debido a una política interna de cerrarse ante los extranjeros . Esta idea, frecuente en algunos libros arqueológicos, se apoyaba en las citas de dos historiadores del siglo I, Estrabón y Diodoro, sin contar con mayor documentación. Esto es lo que dice Estrabón, que en su Geografía asegura:
Ahora bien, los anteriores reyes de Egipto, sintiéndose contentos con lo que tenían, y no queriendo ningunas importaciones extranjeras, y sintiendo prejuicios en contra de todos los que navegaban los mares, y particularmente contra los griegos (porque debido a la pobreza en tierras los griegos eran rapiñadores y codiciadores de las de los otros), pusieron una guardia sobre esta región, ordenando que rechazaran a todos los que se acercaran.
En cuanto a Diodoro, estas son sus palabras:
Psamético… trató normalmente con bondad a todos los extranjeros que acudían a Egipto por su propia voluntad… y, hablando en general, fue el primer rey egipcio en abrir a otras naciones los mercados por el resto de Egipto, y en ofrecer una gran medida de seguridad a los extranjeros de ultramar. Porque sus predecesores en el trono habían constantemente cerrado Egipto a los extraños, bien matando, bien esclavizando a todos los que tocaban sus costas
Ahora bien, contrario a estos historiadores el registro arqueológico dice otra cosa, pues de acuerdo a Joseph P. Free en su artículo Archaeology and Bible History :
Pero los descubrimientos arqueológicos muestran que había gentes de la región de Palestina (sic) y Siria que acudían a Egipto en tiempos de Abraham. Esto queda claramente indicado por un fresco en una tumba en Beni Hassan, que data de algo después del 2000 a. C (sic). Muestra a semitas asiáticos que habían acudido a Egipto… Además, las indicaciones históricas y arqueológicas de la llegada de los hicsos a Egipto alrededor del 1900 a.C., proveen otra pieza de evidencia que muestra que los extranjeros podían entrar en el país. Su entrada fue contemporánea a la de Abraham. La Biblia está en lo cierto en esta indicación y Diodoro se equivocó.
Un hecho bien documentado da un ejemplo claro sobre la influencia egipcia. El primer gran desastre desde la era del rey Shaúl ocurrió alrededor del 918 a.d.e. Testimonio de esto se encuentra en Melajim 1, 14: 25-26. De acuerdo a G.E Wright :
…este rey de Egipto dio más consideración a su campaña, e hizo que sus artistas tallaran en las paredes del gran templo de Karnak en el Alto Egipto una imagen de él mismo azotando a los asiáticos en presencia del dios Amón, que junto con una diosa aparece presentándole diez líneas de cautivos. Cada cautivo simbolizaba una ciudad o localidad, con su nombre inscrito debajo. De estos nombres podemos deducir la extensión de la campaña. El relato bíblico implica que sólo Judá fue afectada, pero evidentemente toda Palestina (sic) sufrió, porque la lista incluye ciudades de Esdraelón, la Transjordania, el país montañoso de Israel y Judá, e incluso Edom. Hay una interesante referencia al Campo de Abram, presumiblemente en el área de Hebrón, y ésta es la primera vez que una fuente extrabíblica confirma la relación del Patriarca con una localidad en Palestina (sic)
Por su parte W.F Albright asegura que son tantas las corroboraciones de detalles especiales descubiertas por los arqueólogos que buena parte de los académicos han abandonado la antigua teoría crítica en la que se consideraba que la historia de los Patriarcas son meras historias retroactivas hechas en la época de la Dinastía Dual de Judá e Israel (siglos noveno y octavo, a.d.c) y por lo mismo él había afirmado:
Pasando a Israel, defiendo la historicidad sustancial de la tradición patriarcal, sin ningún cambio apreciable en mi punto de vista, e insisto (…), en la primacía de la tradición oral sobre la literatura escrita. No he cedido una sola posición acerca del antiguo monoteísmo israelita, sino que, bien al contrario, considero más fiable ahora la tradición mosaica que la consideraba entonces. Sin alterar mi postura general acerca del crecimiento de las instituciones sociales y políticas de Israel, reconozco ahora que la ley israelita y las instituciones religiosas tienden a ser antiguas y más continuas de lo que yo había supuesto: en otras palabras, me he vuelto más conservador en mi actitud con respecto a la tradición mosaica.
En este sentido, al considerar la historicidad de los patriarcas y el mundo que nos pinta el libro de Bereshit, es bueno seguir la recomendación de Jonh Bright :
El único rumbo seguro y justo es el de examinar equilibradamente las tradiciones sobre el transformado de la época, y, a la luz de ello, hacer aquella declaraciones positivas que permita la evidencia. Las reconstrucciones hipotéticas, por plausibles que sean, debe ser rehuidas. Mucho deberá quedar en la oscuridad. Pero es suficiente lo que se puede decir para tener la certidumbre de que las tradiciones patriarcales están firmemente arraigadas en la historia.
El caso de Génesis 14
En un tiempo, era muy común la crítica al capítulo 14 de Bereshit, dónde se narra la victoria de Abraham sobre Quedorlaomer y cuatro reyes mesopotámicos. Theodore Noldek (1826-1930), fue quizás el primero en plantearse la crítica de este pasaje, y lo hizo en un documento titulado “El carácter ahistórico de Génesis 14”, en el que se refiere a él como fraude y como una ficción total. Luego Julius Wellhausen continuaría con esta idea afirmando :
Que “en los días de Abraham” cuatro reyes provenientes del Golfo Pérsico llevaran a cabo una incursión hasta la misma península del Sinaí; que en aquella ocasión sorprendieran y capturaran a cinco príncipes de ciudades que reinaban en el Mar Muerto; que finalmente Abraham, a la cabeza de 318 siervos, cayera sobre los vencedores en su viaje de vuelta, y recuperara lo robado, es un cúmulo de imposibilidades.
William F. Albright llegó a la conclusión en 1918 en un escrito llamado “Historical and Mythical Elements in the Story of Joseph”, concluía que el capítulo 14 es básicamente un panfleto político hecho para fortalecer el imaginario de los judíos patriotas que apoyaban la rebelión de Zorobabel en contra del Imperio Persa y redactado a partir de leyendas existentes mediante procesos hagádicos . Sin embargo, luego, el mismo Albright en 1929, cambió sus puntos de vista escépticos de manera total, y concluyó que :
… este relato muestra el ejército invasor marchando abajo desde Huarán a través del Galaad oriental y Moab hacia la parte suroriental de Palestina. Anteriormente, este escrito consideró que esta extraordinaria ruta era lo mejor prueba del carácter legendario de la narración. Sin embargo, en 1929 descubrió una línea de montículos de las Edades Baja y Media de Bronce, entre el desierto y el bosque de Galaad. Además, las ciudades de Hurán (Basán) con las que comienza el relato de la campaña, Astarot y Karnaim, estaban ocupadas en este periodo, como se puede ver por el examen arqueológico de sus emplazamientos. Lo mismo sucede con el Moab oriental, donde el escritor descubrió una ciudad del Bronce Bajo-Medio en Ader en 1924. Esta ruta, llamada “el Camino del Rey” en la posterior tradición israelita, no parece haber sido empleada por ejércitos invasores en la Edad de Hierro.
Joseph Free hizo un listado de cuatro acusaciones que los críticos radicales lanzaron contra el capítulo 14 del Génesis y son las siguientes:
1) Los nombres de los reyes de Mesopotamia son ficticios o bien ahistóricos
2) No pudo haberse dado un “largo viaje” como aparece en la campaña militar ahí descrita
3) No es lógico que la ruta de la marcha siguiera las líneas geográficas indicadas
4) Los reyes de Mesopotamia no tenían soberanía sobre Canaán.
Respondamos a cada una de estas acusaciones propuestas por los documentaristas.
1. Sobre los reyes de Mesopotamia
De acuerdo a los presupuestos documentarios los reyes Mesopotámicos mencionados en el capítulo 14 de Bereshit son ficticios y poco o nada de histórico tienen. Sin embargo hay pruebas arqueológicas indirectas que ayudan a comprobar que lo contrario es lo cierto y no son ahistóricos: por ejemplo las Tabletas de Mari (siglo 18.a.d.e), descubiertas en 1933 contiene el nombre Arriyuk o Arriwuk, similar al nombre de Ariok. De acuerdo a K.A. Kitchen :
Tid’al es Tidkhalia, un nombre hitita conocido desde el siglo diecinueve a.C .(sic) en adelante, y dado a cuatro o cinco reyes hititas en los siglos dieciocho a trece a.C (sic). Quedorla’-omer es típicamente elemita… del periodo Viejo Babilónico (2000-1700 a. C) y posterior… Los individuos mismos no han sido aún identificados en documentos extrabiblicos, pero no es sorprendente cuando se consideran nuestros vacíos de conocimiento acerca de este período.
Nahum Sarna en su libro Understanding Genesis hace notar algunos detalles llamativos en el relato que le dan mayor sentido y verosimilitud. Lo primero es que reconoce que los acontecimientos descritos en Bereshit 14 están basados en documentos de gran antigüedad y que esto se evidencia en su prosa que revela un sustrato arcaico en forma de verso; así, los nombres de los reyes cananeos están dispuestos en dos pares aliterativos, Bera-Birsa y Sinab-Semeber. Además el lenguaje del pasaje contiene palabras bien singulares, como por ejemplo Janik del verso 14, que suele traducirse como “un asistente armado” y que solo se encuentra el en Tanaj en este pasaje y sin embargo aparece múltiples veces en textos execratorios egipcios de los siglos diecinueve-dieciocho a.d.e, y luego en una inscripción en Taanak, Israel, del siglo quince a.d.e. Luego concluye con una reflexión interesante : «Se podrá ver que sólo cuatro de los monarcas locales son mencionados por su nombre, siendo el quinto designado meramente como “el rey de Bela» (v.2). Si todo el episodio hubiera carecido de base histórica, al escritor desde luego no le hubiera faltado imaginación para inventarse un nombre».
2. El largo viaje
De acuerdo a Howard F. Vos los documentaristas presumen que el “largo viaje”, descrito en el capítulo en cuestión, nunca se pudo haber dado. Pero como de desencantos está hecho el camino de la ciencia muchas pruebas vendrían a demostrar lo contrario. Así pues aseverar por que sí que los viajes no eran tan extensos en el periodo de los patriarcas y que en esa época no existía un control sobre Canaán por parte de los reyes mesopotámicos, queda por completo descartada por las incursiones que en época temprana como el 2300 a.d.e, Sargón de Akkad, cerca de babilonia, hacia contra los amorreos de Siria y Canaán. Por su parte G.A. Barton comenta un documento que él mismo tradujo, en el que al parecer Shamsuiluna, sucesor de Hammurabi, o algún monarca de esa dinastía, efectuó un contrato, escrito en Sippar, una ciudad sobre el río Éufrates hacia el norte de babilonia, que revela el hecho de que durante esta época había un intenso tráfico entre Babilonia y la costa del Mediterráneo y que muchos de los contratos de alquiler de carruajes estaban supeditados al uso de estos en la ruta que conducía a Siria o Canaán. De igual modo, el ya citado Joseph Free, comenta que en las Tabletas de Mari se indica que el rey de la antigua Ugarit, en la costa del mar Mediterráneo pensaba visitar al rey de Mari sobre el Éufrates. Demostrando esto que para nada, contrario a lo aseverado, había una limitación en los viajes, sino, por el contrario un tráfico amplio y extendido, muy similar al de la campaña de los cuatro reyes mesopotámicos.
3. La ruta de la marcha
Para los documentaristas no es lógico que la ruta de la marcha siguiera la geografía que indica, sin embrago autores como Fredd Wight, William F. Albright y Nahum Sarna encuentran que el relato cuenta con numerosas pruebas externas que confirman la historicidad de la ruta probado por las extensas áreas de regiones desarrolladas de ocupaciones sedentarias que existieron durante mucho tiempo a lo largo de la mencionada ruta. Nahun Sarna escribe al respecto :
…extensas exploraciones arqueológicas de Transjordania y el Negev han mostrado que ésta era realmente la situación durante lo que se conoce como el periodo del Bronce Medio I, esto es, entre los siglos veintiuno y diecinueve a.n.e. Durante este período floreció una civilización de un elevado orden de logros, y se ha descubierto una cantidad verdaderamente asombrosa de establecimientos humanos. Cosa extraña, se da una interrupción súbita y total de la vida asentada como resultado de alguna invasión histórica catastrófica que lo barrió todo sistemáticamente a su paso. Transjordania permaneció asolada durante los siguientes seiscientos años hasta la fundación de los reinos de Edom y Moab en el siglo trece a.n.e. En el Neguev, la interrumpió de la civilización duró casi mil años.
A la luz de todo esto, no es irrazonable suponer que la historia de la batalla de los Reyes en el libro de Génesis preserva un eco auténtico de una gran expedición militar que puso fin a los establecimientos del Bronce Medio I. Los anales registrando estos desastrosos acontecimientos bien pueden haber dado la base para el relato bíblico”.
4. La autoridad sobre Cannan
Por lo anteriormente corroborado, la presuposición de que los reyes Mesopotámicos no tenían autoridad sobre Canaán, queda muy empobrecida. La evidencia arqueológica permite corroborar en una inscripción que el rey de Elam (Persia) se consideraba a sí mismo “Príncipe de la Tierra de Amurru”, es decir la tierra de los amorreos, que incluía Siria y Canaán . Además hay otros detalles arqueológicos e históricos que han venido a corroborar este episodio, como por ejemplo que el sistema de alianzas de poder (cuatro reyes contra cinco) es típico de la política de Mesopotamia dentro del período de 2000 a 1750 a.d.e, pero no antes ni después, cuando las pautas políticas de las alianzas eran bien diferentes . Además tres de las cinco ciudades mencionadas entre los versículos 5 al 7 han sido plenamente identificadas.
Moré parte del documento que le comenté sobre la Hipótesis Documentaria, lo entrego al comentario
no entiendo en el primer parrafo esto: «Este es un tema que a pesar de la antigüedad deja de ser importante, considérese como se considere a la “Biblia”, ya que estos relatos,»
Claro no se entiende por que debería decir: «que a pesar de la antigüedad no deja de ser importante»
interesantes los datos, pero, ¿no habria que decir justamente al reves?
tenemos un documento antiquisimo y comprobado en su constante transmision fiel, la TORA, no debiera ser ESTA la confirmacion de las OTRAS evidencias del pasado que van surgiendo?
o sea, una tablita del pueblo desaparecido e ignoto nuzu o cucusu o lo que fuera tiene mas valor que un documento mantenido inalterado por milenios y vivo en la memoria y accion de una nacion?
es extraño!
Pues Moré, usted y yo (y quienes conocemos la Torá real) pensamos así, pero los críticos documentarista no, ya que ellos de entrada aseguran que los libros que componen la Torá es obra de Esdras y escribas posteriores, lo que ha sido desmentido en gran medidad no solo por la Tradición oral (a la que ellos no dan crédito) si no por datos arqueológicos que confirman que los relatos, en especial los del Génesis, dan cuenta de un transfondo sociocultural del período ahí indicado y no de una historia prefabricada despues del exilio de babel, por eso esos datos cobran… Read more »
ese es el problema de los seudo criticos, q parten de sus preconceptos y no la realidad tal como se presenta.
entonces, en vez de mostrar evidencias de la veracidad o verdad de la TORA, habria q demoler la falsedad en la q se basa el preconcepto de los seudo criticos.
Sí Moré pero ellos a su vez nos acusan de usar nuestro propios preconceptos, como el de admitir de facto que la Torá es palabra divina, por eso es interesante cuando la arqueología les tapa la boca.