El pasaje del “Shemá Israel” (Devarim/Deuteronomio 6:4 y ss.) suele ser muy conocido y repetido (muchas veces sin llegar a comprenderlo realmente).
Lo encontramos varias veces en el libro de rezos judío, pues es necesario que la persona judía lo repita como plegaria más de una vez por día.
Es, ciertamente, un pilar sobre el que se apoya buena parte de la ideología judía en lo que refiere a creencias y actitudes “religiosas”.
Pero, resulta, que por lo general dejamos en la ignorancia el pasaje que en la Torá está inmediatamente introduciéndolo, veámoslo brevemente ahora:
"Pero tú (Moshé), quédate aquí conmigo (dice el Eterno). Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los decretos que les has de enseñar (a los judíos), para que (los judíos) los pongan por obra en la tierra que les doy para que tomen posesión de ella (Israel).’
‘Tened cuidado (dice Moshé a los judíos), pues, de hacer como el Eterno vuestro Elokim os ha mandado (a ustedes, judíos). No os apartéis a la derecha ni a la izquierda.
Andad en todo el camino que el Eterno vuestro Elokim os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y para que prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.
‘Éstos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que el Eterno vuestro Elokim ha mandado que (yo Moshé) os enseñara (a ustedes judíos), para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomarla en posesión (Israel).
Son para que reverencies al Eterno tu Elokim, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados.
Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el Eterno, Elokim de tus padres."
(Devarim / Deuteronomio 5:28-30, 6:1-3)
Muy interesante y esclarecedor párrafo. En una rápida lectura podemos advertir que no contiene de por sí nada novedoso, nada que no encontremos en otras partes de la Torá y del Tanaj.
Apreciamos una y otra vez el mismo claro y poderoso mensaje: el Eterno es el que diseñó y ordenó los mandamientos que ha dado a cada quien, 613 para el pueblo judío y siete para cada uno de los gentiles. Él ha decretado que ese sea el modo de vida, del cual no es bueno apartarse.
El CAMINO no es una creencia, ni la fe en algún ser espiritual, ni la repetición de lemas o pasajes sagrados, sino que el camino es lo que el Eterno ha mandado, los mandamientos que Él demanda de cada uno que cumpla.
Entonces, si queremos andar con seguridad por la senda del Eterno, sin apartarnos, sin equivocarnos, sin desviarnos, sin inventar propias doctrinas, lo que tenemos que hacer está claramente expresado: cumplir con los mandamientos que nos competen. Eso es lo que tenemos que hacer, no otra cosa. No tenemos porqué aferrarnos a dogmas o ideologías, ni seguir costumbres que nos son ajenas, ni husmear en misterios o secretos, puesto que eso NO ES lo que el Eterno ha revelado como el CAMINO que debemos seguir.
Es el cumplimiento de esos mandamientos que nos corresponden lo que nos vivifica, lo que nos otorga vida en Este Mundo y en la Eternidad, es nuestro bien y bienestar, es nuestra “esperanza”. No hay otra cosa, tal como queda expresado rotundamente por el mismo Dios en boca de Su siervo más fiel, Moshé el gran maestro.
El Eterno no obtiene ninguna ventaja, no le cambia si cumplimos o no con lo que Él nos demanda, es a nosotros a quien beneficia, a nosotros a quien brinda bienestar.
Cuando vivimos en sintonía con los mandamientos que nos ha dado Dios a cada uno, entonces estamos en una relación correcta con Él pero también con el prójimo, con nuestra familia, con nuestra posteridad, con el ecosistema, con el cosmos. Somos un elemento que promueve la vida, que reproduce la bendición, que comparte la Luz con otros.
¿Cómo?
No por la fe, no por “la palabra”, no por el estudio o memorización de párrafos bíblicos, no por congregarse con “hermanos”, no por la creencia en tal o cual cosa, sino por la acción positiva, aquella que está en armonía con los mandamientos que Él nos dictó.
Atiende bien, esto no es una enseñanza de un rabino ni de un maestro, es lo que el propio Eterno expresa, revela, demuestra como EL CAMINO.
Nosotros podemos divertirnos con los jueguitos del EGO, o podemos estar empantanados con ellos. Distracciones hay miles, tal como excusas y justificaciones. Palabra zalameras o las que son ofensivas fluyen como ríos de leche y miel, pero nada de eso cambiará la Verdad, la Norma sagrada que ha dictado el Rey de reyes.
Él no nos pide creencia, no precisa de nosotros, no requiere que le halaguemos o satisfagamos como a dioses de piedra o barro. Pero Él sí nos ordena vivir con un código de conducta que hace del mundo un paraíso y del paraíso una realidad terrenal.
Ten presente:
"Guardad cuidadosamente los mandamientos del Eterno vuestro Elokim y sus testimonios y leyes que te ha mandado.
Harás lo recto y bueno ante los ojos del Eterno…"
(Devarim / Deuteronomio 6:17-18)
Harás lo que es bueno y justo ante el Eterno, porque en eso quedan contenidos todos los mandamientos.
Hacer lo bueno y justo.
Hacer…
Muy bueno!! jazak ubaruj Moré! Dice la Mishná en Berajot al principio del segundo capítulo: xq el «shemá» está previo a «vehaiá»? xq Shemá es «kabalat Ol maljut Shamaim» recibimos el yugo del cielo, recibimos a Boré Olam, y solo despues que vengan las mitzvot. Primero hay que acercarse a Hakadosh Baruj Hú y solo luego comenzar a cumplir mitzvot. Seguro que Emuná sin Mitzvot es algo seco, sin mucho valor, por eso la Emuná y debekut en Hashem se debe m mostrar y exteriorizar en Mitzvot, sino es así algo anda mal, . Pero a lo primero primero: «hasher… Read more »