El Seder de Pesaj es una celebración importante en el judaísmo que conmemora la liberación de los hebreos de la esclavitud en Egipto hace más de 33 siglos. A pesar de que hay ciertas similitudes en la forma en que se celebra esta fiesta en las comunidades judías de todo el mundo, existen algunas diferencias notables entre el Seder sefaradita y el ashkenazita.
Una de las más notables es la forma en que se pronuncia el hebreo. El utilizado en el Seder sefaradita es más similar al hebreo moderno, mientras que la pronunciación ashkenazita tradicional tiende a sonar un tanto diferente para aquellos acostumbrados al hebreo oficial en Medinat Israel.
Existen también variaciones en las melodías y algunas de las canciones, aunque una buena parte del texto leído en el Seder, del libro llamado Hagadá, es idéntico, con escasas diferencias.
En los símbolos y platillos típicos, también podemos ver aquello que es semejante, así com oreconocer las diferencias. En la keará, el plato que contiene los elementos simbólicos, encontramos que entre los sefaraditas es costumbre la pata o pernil de cordero asado, en tanto que los hermanos del norte y este de Europa suelen incorporar una pata de pollo.
El jaroset, la argamasa de tintes rojizos, también parte de recetas que son semejantes, pero contienen diferentes ingredientes.
El jrein o radicheta como maror para los de países gélidos, en tanto que se usan lechugas o similares para los de origen más cálido.
Como karpás, tenemos apio remojado en vinagre, contra la papa regada en agua con sal.
Incluso algunos de los otros símbolos tradicionales varían, atendiendo a las facilidades económicas y de producción agrícola de nuestros ancestros en sus tierras de morada.
Es consabida la aceptación de los sefaraditas por los kitniot (diferentes granos), a cuya cabeza se encuentra el arroz; en tanto que para los ashkenazim, suelen ser alimentos de los cuales se abstienen en Pesaj, sin que constituyan jametz.
Otro elemento que varía es el tipo de comida que se sirve durante la cena. Los sefaraditas suelen deleitarse con una variedad de platos que incluyen ensaladas, arroces y pescados; entre los de procedencia turca es de destacar las «minas», una especie de lasaña muy sabrosa, y para los postres los mostachudos y mogados, entre otros.
Mientras que los ashkenazitas suelen servir platos típicos de sus antiguas zonas de residencia como el gefilte fish (un tipo de albóndiga de pescado) y el kneidalaj (unas albóndigas de matzá), sopa de pollo, muchas papas, y postres confeccionados con harina de matzá.
Podríamos seguir comparando y encontrando semejanzas y diferencias, e incluso añadir tradiciones de otras regiones, que algunas pudieran resultarnos bastante llamativas, pero hasta aquí nuestra breve recopilación.
Sepamos que cada Seder es valioso, con las tradiciones culturales de sus países de origen, de sus ritos ancestrales, así como las costumbres que han ido naciendo en el seno de cada familia y comunidad.
Todo ello nos sirve para nuestro caudal cultural como nación, nuestra variedad como familia muy amplia y extendida.
Lo importante es conocernos como unidos a pesar de la diversidad, o especialmente gracias a ella.
Que tengamos un muy feliz, bendito y kasher Pesaj, con plenitud de libertad y aceptación mutua.
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