Hace un rato publique un breve comentario acerca de las porciones de lectura semanal de Torá, para la nación judía, de esta semana.
Encuentras el texto haciendo clic aquí.
Allí solicité de los amables lectores que opinaran acerca de lo siguiente:
En la primera parashá nos encontramos con algunas reglas que la Torá establece para la mujer que ha dado a luz. Una de ellas dispone que desde ese momento no debe ir al Santuario, porque está en estado de impureza y no está permitido entrar al lugar del Templo en esa condición. Si nació un varón este período es de 33 días, en tanto que 66 por una niña. Al cabo de este tiempo, ella ofrecía un sacrificio en el Templo y retomaba el estado de pureza.
A veces “puro” e “impuro” son traducidos como “limpio” y “sucio” respectivamente, o ideas similares, pero en el contexto de la Torá estos son conceptos espirituales. Así, puro hace referencia a lo que está conectado con la vida, en tanto que impuro a lo que en algún grado está desconectado de la vida.
¿Se te ocurre algún motivo no sexista para que la impureza sea el doble de tiempo cuando nace una niña? Quizás parte de la respuesta está en comprender qué significa realmente “impuro”.
Una gentil lectora al poco rato puso una respuesta a mi interrogante:
La impureza es el doble de tiempo para una niña porque fue la mujer Eva quien insitó al varón Adam a pecar comiendo este de la manaza a prohibida o tal ves porque fue la mujer la última en ser hecha y fue hecha de la costilla del hombre, será porque la mujer nace más pecadora que el hombre. Ahí tengo un Poco de dudas no se sí estaré correcta. Lo demás lo voy a analizar de acuerdo a otras respuestas que nuestros amigos compartan.
Quisiera despejar algunas ideas confusas o erróneas y que llevan a conclusiones no muy acertadas.
Es con todo respeto y cariño hacia la generosa señora que nos quiso compartir sus creencias, ayudarnos a responder la duda planteada desde lo que podía aportar.
Estoy seguro de que estas ideas provienen de su pasado cristiano, plagado de mitos, leyendas, cuentos que se hacen pasar por verdades sagradas, omisiones y añadidos a los sagrados textos del pueblo judío. Ahora que la señora ha llegado a su hogar espiritual, ha comenzado su despertar y renacimiento, de a poco podrá ir des-aprendiendo, sacándose de encima y de adentro las pesadas piedras que le fueron impuestas para de esa forma ser libre y feliz, dichosa de gozar de las bendiciones que recibe constantemente del Eterno.
Vamos viendo entonces.
¿Quién paga los platos rotos?
“La impureza es el doble de tiempo para una niña porque fue la mujer Eva quien insitó al varón Adam a pecar comiendo este de la manaza a prohibida”.
Es cierto que Eva fue la que comió primero del fruto prohibido, es cierto que a instancias de ella Adam comió del fruto.
Ok, perfecto, el pecado de comer del fruto prohibido es de Eva.
El pecado de instigar a su hombre a pecar, también es de Eva.
Fue Eva la que debió pagar por sus errores, nadie más.
Dios lo establece claramente que NO pagan los inocentes por el pecado de los culpables.
Ninguno puede hacerse cargo de la acción negativa de otro, si no tiene en ella parte o responsabilidad.
Como lúcidamente expresa la Torá (judía): "Los padres no serán muertos por los hijos, ni los hijos serán muertos por los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado." (Devarim / Deuteronomio 24:16).
Sí, es una gran diferencia con la teología cristiana, en la cual todos son culpables por el pecado de Adam y todos pueden salvarse con fe en el ídolo colgado de una cruz.
Nadie más es culpable por los hechos de Eva o Adam, solamente ellos por lo que a cada uno le toca.
Ni otra persona o “emisario celestial” puede tomar el lugar del pecador. Es quien pecó el que debe asumir su propio pecado, arrepentirse sinceramente en la medida de lo posible y afrontar las consecuencias de la justicia.
En palabras del profeta de la Verdad: "El alma que peca, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él." (Iejezkel / Ezequiel 18:20).
Con solo estas dos breves citas, y sin necesidad de recurrir a todo el arsenal disponible, destruimos por completo el mito delirante de que la “sangre de Jesús” y la fe en ese ídolo limpia de pecados.
Al mismo tiempo le explicamos a nuestra apreciada amiga que si Eva “metió la pata”, que sea Eva la que la quite del lío y se haga cargo de las reparaciones y efectos de la justicia.
¡En modo alguno TODAS las mujeres cargan la culpa por los hechos de Eva"!
Es algo que debe quedar muy en claro, porque seguir aferrados a la fantasiosa teoría del “pecado original”, simplemente niega a la persona su altura espiritual, su lazo indestructible con el Eterno, la belleza de su existencia en este mundo.
Así pues, esta frase de la buena amiga no resuelve nuestra duda.
¿Quién está impuro?
Por otra parte, el hecho de que una mujer peque no la convierte en impura, ni a ella ni a nadie a su alrededor.
Explico con rapidez.
Impuro es aquello que está desconectado de la vida, o desconecta. Una persona muerta es la máxima expresión de la impureza, porque es lo que mayor conexión tenía mientras vivía y pasó a ser un recipiente vacío, ya sin ninguna conexión.
Cuando una mujer está menstruando, de acuerdo a la ley judía, está en estado de impureza. No es mala, ni pecadora, ni sucia, ni aborrecible, sino que simplemente perdió una chance de procrear y su organismo está desechando lo que había preparado para sustentar la nueva vida. Por ello está impura, porque teniendo la oportunidad de dar vida, no lo hizo. Repito, no por ello es mala, ni pecadora, ni aborrecible, ni enferma, simplemente tuvo una pequeña desconexión de la vida.
Y así hay otros casos en los cuales se hace patente la naturaleza de la impureza, según concepto del judaísmo tradicional.
De una naturaleza diferente es el pecado, no mencionamos ahora los que conllevan al muerte de nadie, sino el resto de los pecados, desde los cotidianos hasta los extraordinarios.
Uno de los efectos (no visible por el ojo) del pecado es rodear nuestro espíritu con manchas o murallas que impiden que la Luz espiritual nos alumbre. No resta a nuestra esencia, que permanece incambiada, ni nos desconecta de hecho de la Fuente de Vida. Sino que rodea con murallas a nuestra neshamá. Entonces, si bien en un sentido metafórico el pecado es impuro, en los hechos espirituales no hay desconexión a causa de él. Ningún pecado (dijimos que estamos exceptuando el asesinato, que desconecta a alguien efectivamente de la vida) nos desconecta de Dios.
Por lo cual, aunque Eva pecó, no por ello se desconectó de la vida. Mucho menos sus descendientes mujeres, que no tienen parte ni culpa por sus acciones.
¿Manzana? La de Blancanieves…
“comiendo este de la manaza a prohibida”.
Otro de los inventos del cristianismo que adultera el puro tesoro del pueblo judío, SU TANAJ (mal llamada “biblia judía”),que se repite y se repite y hasta parece que fuera cierto.
A propósito el divino autor no quiso mencionar la especie del árbol prohibido y se refirió a él como: “Árbol del conocimiento del bien y del mal”.
El Santo omitió adrede la identificación del árbol.
Los Sabios propusieron cuatro opciones, con sus explicaciones (que no mencionaremos aquí, porque como suele ocurrir ya tengo algo publicado al respecto –link-): citrón, trigo, higo, uva.
Para los Sabios no entraba allí la manzana.
Fueron los extraños, los apartados de la Luz, los siervos del EGO en forma de sus ídolos los que inventaron el cuento de la manzana, que quizás no es tan terrible ni peligroso como otros de sus cuentos. Pero igual, mejor apartarse del mal y hacer el bien… cuanto más alejada esté de las ideas oscuras que provienen del EGO, más libre, feliz, dichosa podrá ser.
¿Cuál costilla tiene la mujer que le falta al hombre?
“porque fue la mujer la última en ser hecha y fue hecha de la costilla del hombre”.
Otra de las ideas que provienen del cristianismo, aunque reconozco que también hubo expresiones de los Sabios similares.
Pero en su origen no menciona la Torá que la mujer sale de una costilla del varón, sino que el primer humano era macho y hembra, espalda unida a espalda formando un solo ser humano. Dios separó a esa criatura en dos, una es el Adam varón la otra fue la que conocemos como Eva.
También sobre esto ya tenemos escrito, por lo que no me extenderé.
Para el cristianismo esta forma de tomar la naturaleza de la mujer, como dependiendo del varón para su gestación y nacimiento, como si el hombre hubiera tenido el poder que solamente la mujer tiene, es otro de sus mecanismos para seguir oprimiendo a las mujeres y someterlas al machismo cruel que directamente se desprende de sus libros “sagrados”.
Pero en la Tradición de la Luz, hombre y mujer, mujer y hombre, son pares, no uno sobre el otro. Son complementarios, diferentes pero equivalentes. Uno y otro necesarios y sin que las diferencias permitan la sujeción o el acoso del poder. Eso en la Tradición de la Luz, por desgracia hay cosas que vienen de la oscuridad que fueron insertadas en el judaísmo y no faltan los “religiosos” que son machistas a más no poder. Ese machismo no tiene raíces en la Torá, sino en el contacto de los judíos con las creencias y costumbres de otras naciones de antaño.
De hecho, hay una corriente de opinión valiosa dentro del judaísmo que dice que la mujer podría considerarse un peldaño por sobre el varón, puesto que cuando apareció como entidad separada y diferenciada fue la que efectivamente culminó el proceso original de la creación.
Pero mejor quedémonos con que somos complementarios, diferentes pero equivalentes.
Así pues, el haber nacido después en modo alguno la hace impura, más bien todo lo contrario.
¿Mujer pecadora?
“será porque la mujer nace más pecadora que el hombre”.
Ya lo explicamos, pero reitero: TODOS nacemos puros, sin pecado, conectados a la vida.
Como ya mencionamos, es otro invento cristiano el afirmar y decretar que todos nacemos pecadores… ¡nada más alejado de la verdad!
Otro invento es que la mujer, por serlo, es más pecadora por naturaleza.
Sé de sectas judías, de fanáticos religiosos, muy extremistas, que se venden como el judaísmo verdadero y sus representantes, pero que no lo son ni serán por más que sean la imagen típica que de los judíos tienen algunos gentiles , que también cargan con estas ideas machistas, enfermizas, terribles.
Pues no, la mujer no nace más pecadora por ser mujer.
Pero, a los servidores del EGO que se atribuyen cargos de representantes de dioses les conviene difundir la creencia de que la mujer es débil, pecadora, inductora a pecado, fuente de males, “Lilith” perturbadora, ignorante, falta de entendimiento y otras mentiras por el estilo. Les sirve para tener sometida a la mitad más uno de la población. Les sirve para que un grupito de patriarcas sigan haciendo de las suyas, usurpando poderes, lugares y santidades.
Claro que encontraremos citas de los sabios que parecen reducir el valor de la mujer, pero ¿las comprendemos correctamente? ¿Las ubicamos en su contexto y vemos qué realmente se nos quiere decir? Recomiendo releer el texto que se abre haciendo clic aquí.
Espero que sigamos avanzando, que sigamos des-aprendiendo para poder aprender y llenarnos de cosas buenas. Somos seres de Luz en cuerpos a los que debemos amar y cuidar. Somos eternos en una vida pasajera. No perdamos nuestro tiempo en cosas que no tienen valor, sino que construyamos shalom a cada momento.
Gracias por dialogar.