¡Hola, comunidad educativa! 🌟 Si hay algo que siempre me encanta de la Torá es que cada parashá tiene algo para todos nosotros, ya seas alumno o profesor. Y esta semana, con Vaikrá , tenemos un texto que habla sobre el corazón de nuestra tradición: el servicio divino y cómo nos conectamos con lo más profundo de nuestras almas.
¿De qué trata Vaikrá?
Vaikrá (que significa «y llamó») comienza con una descripción detallada de las ofrendas que se ofrecían en el Santuario. Sí, suena un poco complicado al principio, pero no se trata solo de animales llevados al Templo y otros procedimientos de antiguos y poco comprensibles rituales.
Vaikrá nos habla de compromiso, responsabilidad y la forma en que podemos acercarnos a Dios y a nosotros mismos.
¡Esto sí que nos afecta a todos!
Imagina que cada vez que alguien traía una ofrenda, no era solo una ceremonia, sino una oportunidad para reflexionar sobre sus acciones, pedir perdón por errores o simplemente agradecer. Es como si estuviéramos diciendo: «Aquí estoy, reconozco que soy imperfecto, pero quiero mejorar. El aceptar esto, me encamina a conseguir una más refinada versión de mí mismo».
A veces, como estudiantes, nos sentimos abrumados por las exigencias académicas, las presiones sociales o simplemente por no saber si estamos haciendo las cosas bien. Vaikrá nos enseña que todos cometemos errores, pero también nos ofrece una manera de corregirlos. ¡Nos invita a ser honestos con nosotros mismos y con quienes nos rodean!
Por ejemplo, cuando leemos sobre las diferentes ofrendas (como la de paz, la de agradecimiento, o la de arrepentimiento), podemos pensar en nuestras propias formas de «ofrecer» nuestro mejor esfuerzo: estudiando con dedicación, siendo buenos amigos o pidiendo disculpas cuando lastimamos a alguien. ¡Cada uno de esos actos cuenta como algo sagrado que nos acerca a ser mejores personas!
Por su parte, los docentes, que nunca deben de dejar de ser estudiantes, tienen una misión sagrada: guiar, inspirar y formar a las nuevas generaciones. Vaikrá nos recuerda que esa labor no es solo una tarea profesional, sino una verdadera vocación. Como profesores, somos como los kohanim (sacerdotes) que tenían la responsabilidad de mantener viva la conexión espiritual, la chispa encendida de la identidad, de cada uno de los integrantes del pueblo.
Pero, como dice la parashá, ese servicio no se hace solo con protocolos estrictos. Vaikrá nos enseña que lo importante es el corazón. Cada vez que un docente demuestra empatía, paciencia o entusiasmo por compartir conocimientos, está ofreciendo una «ofrenda» que nutre el alma de sus estudiantes. Así que, queridos docentes, no olviden que su trabajo no solo cambia mentes, sino corazones.
Vaikrá puede parecer lejana en algunos aspectos, pero su esencia sigue siendo tan actual como ayer. Nos recuerda que todos tenemos algo que ofrecer, que cada acción cuenta y que la relación con Dios (o con lo divino en nosotros mismos) no se mide solo por lo que hacemos, sino por cómo lo hacemos. Esto va mucho más allá si creemos en Dios o no, pues nos invita a ser una versión mejor de nosotros mismos.
Entonces, queridos alumnos y docentes, cuando lean Vaikrá, bien podrían preguntarse: ¿qué tipo de acción sagrada puedo realizar hoy? ¿Cómo puedo mejorar mi conexión con los demás y conmigo mismo? ¡Es una pregunta que vale la pena hacerse en cualquier momento de la vida!
Hasta la próxima parashá. ¡Shabat Shalom! 🕊️
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