Este shabat vamos a terminar la lectura pública del segundo libro de la Torá, Shemot/Éxodo, con sus dos últimas parshiot, que son Vaiakel y Pekudei. Asimismo sacamos un rollo extra del Arón Kodesh para la lectura de una parashá especial, la llamada “Pará”, que suele hacerse el Shabat que sucede a Purim, para irnos preparando para el comienzo del mes de Nisán y la celebración de Pesaj.
Compartamos un brevísimo sumario del fin del sefer Shemot:
- Moshé enseña algunas importantes reglas del Shabat (35:1-3).
-
Moshé invita a los israelitas a que donen de acuerdo a su voluntad para el templo y pide de aquellos que son hábiles que colaboren en la construcción del Mishkan [Tabernáculo], bajo la dirección de Betzalel y Oholiab (35: 4-38: 20).
-
Se registran minuciosamente los materiales utilizados para el Tabernáculo y las prendas sacerdotales. Moshé bendice a los israelitas por el trabajo realizado en la construcción del templo portátil (38: 21-39: 42).
-
Siguiendo las instrucciones de Dios, Moshé establece el Mishkán y los cohanim (sacerdotes) son ungidos y consagrados para servir allí (40: 1-33).
-
Una nube cubre el Mishkan durante el día y un fuego arde encima por la noche, indicando la presencia de Dios en él (40: 33-38).
Como podemos comprobar, lentamente nos fuimos introduciendo en el ambiente y temática del tercer libro de la Torá, Vaikrá/Levítico, que está centrado en prácticas y cuestiones relacionadas con el Templo, así como con las tareas sagradas que competen a los cohanim.
Era fundamental estar en estado de tahorá (pureza), para que ellos pudieran ejercer sus labores en el santuario y, de hecho, era un requerimiento indispensable dicho estado para cualquiera que quisiera estar en el entorno del Templo.
La parashá que da nombre a este Shabat (Pará), es una porción de la parashá Jukat (en Bemidbar/Números) que en esencia trata de un procedimiento ritual para que ciertas personas impuras reencuentren el estado de pureza. En un intrincado ritual el sacerdote procedía a purificar a aquellos que se impurificaron a causa del contacto con una persona fallecida u objetos que trasladaban esa impureza específica.
Es por esto que se estableció que fuera leída antes de comenzar Nisán, para que la gente lo tome en consideración y se prepare como corresponde para la importante fiesta de peregrinación a Ierushalaim bien pronto, en Pesaj.
Recordemos que, en épocas del Beit haMikdash, era parte fundamental del jag ir hasta Ierushalaim y participar de las actividades que allí se realizaban. En especial para Pesaj, cuando el día anterior se elevaba el Korbán Pesaj, el sacrificio pascual.
A todo esto, ¿qué será pureza?
De acuerdo al marco del judaísmo clásico, lo puro es aquello que está conectado a la vida; en tanto que impuro es lo que sufre de algún grado de desconexión de ella. Es evidente que la muerte es la mayor de las desconexiones posibles, por ello la importancia de la parashá de esta semana, que indica cómo restablecer ese estado ideal.
Una de las cuestiones extrañas del asunto es que, entre otras cosas, se requiere matar a una vaca totalmente roja, que nunca haya sido usada para trabajar, que esté llena de vitalidad a la hora de su muerte. Luego se incinera por completo para hacer una mezcla de esas cenizas con otros ingredientes, la cual se esparce encima de la persona que está para purificarse. A esto se le suman otros procedimientos que no detallamos ahora.
¿Cómo se explica que, para reconectar con la vida a la persona impurificada por contacto con un difunto, sea preciso matar y hacer cenizas a un ser vivo en su plenitud (la vaca roja)?
Te dejo planteada la interrogante, por si te interesa encontrar alguna respuesta.
Como una posible ayuda comparto contigo una frase al respecto, que está en el midrash Bemidbar Rabá 19:8: “No es el difunto que impurifica ni las aguas las que purifican, sino que Dios ha dicho: ‘Un decreto he decretado, ¿te atreves a incumplirlo?’”.
Y otra pregunta más para que pensemos: ya que todos estos rituales no se practican hoy en día, ¿qué tenemos para hacer nosotros para manifestar nuestra conexión con la vida?
¡SHABAT SHALOM UMVORAJ!
¡Que disfruten a pleno de este Shabat tan especial!